viernes, 4 de agosto de 2017

Implicaciones Legales I

DERECHO, LEGISLACIÓN Y LIBERTAD

Friedrich A. Hayek




INTRODUCCIÓN

(Comentarios de Juan Carlos Luna Aguilera)

     La constitución debe de ser base y fundamento para la vida en sociedad.

Los problemas de la sociedad se podrían resolver cuando las élites de la humanidad lleguen a tomar conciencia de las limitaciones de la mente humana.

La división de poderes, en la forma en que nosotros la conocemos, está hecha entre los órganos legislativo, judicial y ejecutivo, y esto no ha permitido alcanzar los objetivos deseados de la sociedad.

La constitución es una herramienta muy deseada por todos los gobernantes, hoy, por ejemplo, podemos ver ese efecto en Venezuela, como el Presidente Maduro busca llegar a entronizarse en el poder por medio de una Constitución evidentemente inconstitucional.

Esto nos hace poder observar que realmente no existe una verdadera división de poderes.  Un gobierno constitucional, ósea que se basa en el constitucionalismo definitivamente tiene que ser un gobierno limitado.  Esto quiere decir que debe de ser reducido, con la finalidad de cumplir sus propósitos de la forma más eficaz y eficiente.

La idea original que está detrás de la constitución, es la de delimitar el gobierno y exigir que quienes lo ejercen respeten determinadas leyes y normas.

Todo gobierno constitucional es, por definición, un gobierno limitado. El constitucionalismo tiene una cualidad esencial: es una limitación legal del gobierno; es la antítesis de la decisión arbitraria; su opuesto es el gobierno despótico.

Mucho se dice y se espera de la democracia, todas las esperanzas descansan en las sabias soluciones que esta ofrece, pero en realidad, observamos que la democracia muchas veces es la forma de gobierno en la que la voluntad de la mayoría es determinada por una minoría, la cual general y particularmente está delimitada.

Las razones del subdesarrollo en los campos del Derecho, la “justicia” entre otros, han sido principalmente: la perdida de la fe en una justicia independiente de la coacción, no solo para evitar acciones injustas sino para alcanzar resultados particulares en favor de específicos grupos de personas; y la fusión en las mismas asambleas legislativas de la tarea de articular las normas de comportamiento con las relativas al funcionamiento del gobierno.

El mantenimiento de una sociedad de hombres libres depende de tres consideraciones fundamentales: La primera es que un orden espontaneo que se autogenerá y una organización son cosas distintas, y que esa distinción tiene una gran relación con los conceptos de normas y leyes que también son muy distintos. La segunda es que lo que actualmente suele considerarse como justicia social o distributiva sólo tiene sentido dentro de la segunda de esta clase de orden, ósea de la organización donde solo caben las leyes. La tercera es que el modelo predominante de instituciones libres, en el que el mismo cuerpo representativo produce las normas de recto comportamiento y las que regulan la acción del gobierno, conduce necesariamente a una transformación gradual del orden espontaneo de una sociedad libre hacia un sistema totalitario al servicio de alguna coalición de intereses organizados.

Se cree que la mejor forma de ayudar a las personas que lo necesitan es por medio de leyes, pero lo que en realidad se promueve son grandes negocios.

Podría parecer que la particular forma de gobierno representativo que hoy prevalece en el mundo occidental, y cuya defensa muchos consideran imprescindible por considerarla erróneamente la única forma posible de democracia, tiene una tendencia inherente a desviarse de los ideales a los que aspiraba.  Es difícil negar que, desde que se adoptó este tipo de democracia, hemos venido apartándonos de aquel ideal de libertad individual del que se consideraba la más segura salvaguardia, y que ahora nos vamos deslizando hacia un sistema que nadie desea.

La democracia en busca de garantizar la defensa de los derechos del hombre, lo que más ha logrado es limitar los Derechos que busca defender.  

No faltan indicio de que esa democracia ilimitada camina hacia el inevitable fracaso, no tanto con estrepito como con cierto gimoteo.  Tarde o temprano, la gente descubrirá que no solo se encuentra a merced de esos nuevos intereses creados, sino también que la maquinaria política del para-gobierno, que se ha desarrollado como necesaria consecuencia del estado asistencial, conduce a un callejón sin salida.

La finalidad de todo sistema debe ser enfocarse en cuales son los dispositivos constitucionales, en sentido jurídico, que mejor pueden contribuir a preservar la libertad individual, ese es el fin de todo sistema de gobierno.

En la actualidad las diferentes perspectivas de la economía, la jurisprudencia, la ciencia política, la sociología y la ética, se trata en realidad de un problema que solo puede afrontarse con éxitos como un todo. Los enfoques filosóficos siempre serán dispares, nunca se podrá llegar a un acuerdo.

En ninguna parte es tan evidente el nocivo efecto de la división en especialidades en las dos más antiguas de estas disciplinas, la economía y el derecho. Los pensadores del siglo XVIII de quienes hemos tomados los conceptos básicos del constitucionalismo liberal, David Hume, Adam Smith, lo llamaron “la ciencia de la legislación” o también de los principios de la política en el sentido más amplio del término.

Hoy existe lo que se conoce como “filosofía social”. Algunas de las principales disputas en estas disciplinas especiales versan en realidad sobre cuestiones que no pertenecen a ninguna de ellas y en relación con las cuales, por tal razón, nadie podrá hacer un análisis sistemático, y que por tal motivo se las considera como “filosóficas”, lo que con frecuencia sirve de excusa para adoptar tácitamente posturas que supuestamente no precisan de una justificación racional y ni siquiera la admiten.

Estos problemas cruciales, de los que depende no solo la interpretación de los hechos, sino también las posturas políticas, pueden y deben ser resueltos sobre la base de los hechos y de la lógica.  Son filosóficos únicamente en el sentido de que ciertas opiniones, tan populares como erróneas, se deben a la influencia de una tradición filosófica que postula una falsa respuesta a cuestiones en realidad susceptibles de un tratamiento científico preciso.

Uno de los grandes problemas de la actualidad es que se busca resolver problemas reales, con soluciones filosóficas, las cuales siempre tendrán en mente hacerlo por la vía legislativa con el ánimo de influir sobre la economía.

Muchas soluciones a los problemas sociales son propuestas desde el campo de las ciencias políticas ampliamente extendidas son fruto de una particular concepción de la formación de las instituciones sociales, que llamare “racionalismo constructivista”, concepción que presupone que todas las instituciones sociales son o deben ser producto de un diseño o plan deliberado.

No podemos buscar soluciones a cuestiones filosóficas desde el terreno de la ciencia.

No solo algunas de las diferencias científicas sino también de las más importantes diferencias políticas (o ideológicas) de nuestro tiempo derivan, en definitiva, de ciertas diferencias filosóficas básicas entre dos escuelas de pensamiento, una de las cuales puede demostrarse que es errónea.
Debemos discutir los problemas desde dos visiones, un racionalismo evolutivo o crítico y un racionalismo constructivista o ingenuo.  Tal y como lo denominara Karl Popper.

Si se puede demostrar que el racionalismo constructivista se basa en falsos supuestos de hecho, todo un conjunto de escuelas científicas y concepciones políticas podrá también descartarse como erróneas.

Es particularmente el positivismo jurídico, y la creencia con el relacionada en la necesidad de un ilimitado poder soberano, el que incurre en este error.  Otro tanto cabe decir del utilitarismo, al menos en su variante particularista o act-utilitarianism (utilitarismo de los actos); igualmente, mucho me temo que parte no desdeñable de lo que entendemos por sociología sea fruto directo del constructivismo en la medida en que dicha ciencia se propone crear el futuro de la humanidad o, como dice un autor, pretende que el socialismo es el resultado lógico e inevitable de la sociología.

 Todas las doctrinas totalitarias, de las que el socialismo no es más que la más noble e influyente, adolecen de este vicio.  Son falsas, no es razón de los valores que defienden, sino por la errónea concepción de las fuerzas que hicieron posible la Gran Sociedad y la civilización.  

No existe ningún plan que sea capaz de precisar todas las actividades que desarrolle el individuo dentro de la Gran Sociedad, es por ello que los gobernantes cuando buscan administrar una determinada actividad lo único que realmente hacen en perjudicar el desarrollo de esa actividad.

Parece haberse estancando el desarrollo de la ciencia del Derecho desde Kant y Hume, nadie como ello ha estado tan cerca de captar el carácter de los valores como condiciones independientes y orientadoras de toda construcción racional.   Los valores que el error científico tiende a destruir constituyen los fundamentos indispensables de toda nuestra civilización, incluidos los esfuerzos científicos que luchan contra ella.

La tendencia del constructivismo a presentar estos valores que él no puede explicar como fruto de decisiones humanas arbitrarias, o actos de la voluntad, o simples emociones, más bien que como las condiciones necesarias de hechos que dan por descontados quienes los sostienen, ha contribuido en gran medida a sacudir los cimientos de la civilización y de la propia ciencia, que también descansa sobre un sistema de valores que en modo alguno admiten demostración científica.

Los amigos de la humanidad han desechado la ciencia de la vida académica intelectual, con la finalidad de destruir los principios y fundamentos científicos que deben regir una sociedad de hombres libres. 

1 comentario:

  1. Los peritos españa son muy importantes grandes expertos en la materia El informe pericial es un medio de prueba admitido en el proceso judicial, como lo son el interrogatorio de las partes, los documentos públicos y los privados, o las diligencias de registro, de videovigilancia o pruebas de alcoholemia, en el caso de los procedimientos penales. Este dictamen experto tiene el efecto de introducir en el proceso un análisis de hechos complejos que no pueden ser interpretados directamente por el juez.

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