miércoles, 2 de agosto de 2017

LA ACCIÓN HUMANA (Introducción II)

LA ACCIÓN HUMANA


INTRODUCCIÓN SEGUNDA PARTE

Jesús Huerta de Soto

(Comentarios de Juan Carlos Luna Aguilera)

Ludwig von Mises y la teoría del dinero, del crédito y de los ciclos económicos:

     Esta primera aportación seminal de Mises en el ámbito monetario supuso un gran paso adelante e hizo avanzar el subjetivismo de la Escuela Austriaca aplicándolo al campo del dinero y fundamentando su valor sobre la base de la teoría de la utilidad marginal.

Mises soluciono, por primera vez, el problema, aparentemente insoluble, de razonamiento circular que hasta entonces se pensó que existía en relación con la aplicación de la teoría de la utilidad marginal al dinero.

En efecto, el precio o poder adquisitivo del dinero viene determinado por su oferta y demanda; la demande de dinero, a su vez, la efectúan los seres humanos, no basándose en la utilidad directa que el dinero proporciona, sino en función, precisamente, de su poder adquisitivo.   Mises resolvió este aparente razonamiento circular mediante su teorema regresivo del dinero, que con detalle analizo y explico así: “De acuerdo con este teorema, la demanda de dinero viene determinada no por el poder adquisitivo de hoy, sino por el conocimiento que se forma el actor basándose en su experiencia sobre el poder adquisitivo que el dinero tuvo ayer. A su vez, el poder adquisitivo de ayer vino determinado por una demande de dinero que se formó sobre la base del conocimiento que se tenía respecto a su poder adquisitivo de ante-ayer”.  Esto quiere decir que, la demanda de dinero viene en relación a su demanda histórica, ósea en base a lo que se esperó en el pasado.

Con el tiempo este teorema dio origen a lo que se conoció como:  “La teoría austriaca del ciclo económico”. En efecto, Mises, aplicando las teorías monetaris de la Currency School a las teorías subjetivistas del capital e interés de Böhm-Baerk, se dio cuenta de que la creación expansiva de créditos sin respaldo de ahorro efectivo (medios fiduciarios) a que da lugar el sistema bancario basado en un coeficiente de reserva fraccionaria dirigido por un banco central, no solo genera un crecimiento cíclico y descontrolado de la oferta monetaria, sino que también, al plasmarse en la creación ex nihilo de créditos a tipos de interés artificialmente reducidos, inevitablemente provoca un alargamiento ficticio e insostenible de los procesos productivos, que tienden así a hacerse de forma indebida excesivamente intensivos en capital.  La amplificación de todo proceso inflacionario mediante la expansión crediticia, tarde o temprano de manera espontánea e inexorable, habrá de revertirse, dando lugar primero a una crisis financiera y después a una recesión económica en la que los errores inducidos en la inversión se pondrán de manifiesto y surgirán el paro masivo y la necesidad de liquidar y reasignar todos los recursos erróneamente invertidos.

Por ello no es de extrañar, que Mises fuera el principal impulsor de la creación del Instituto Austriaco de Coyuntura Económica, al frente del cual coloco como Director en un primer momento a F.A. Hayek (premio Nobel de Economía 1974), y que este Instituto fuera el único capaz de predecir el advenimiento de la Gran Depresión de 1929, como inexorable resultado de los desmanes monetarios y crediticios de los “felices” años veinte del siglo pasado que siguieron a la Primera Guerra Mundial.

La teoría austriaca de la crisis no es sino una aplicación particular de los efectos descoordinadores que la coacción sistemática de los gobiernos tiene en los campos fiscal, crediticio y monetario tiene (intra e intertemporalmente) sobre la estructura productiva.

La radical separación entre los aspectos micro y macro de la Ciencia Económica es otra de las insuficiencias características de los modernos libros de texto y manuales introductorios de Economía Política, que en vez de proporcionar un tratamiento unitario de los problemas económicos como hace Mises, siempre presetnan la Ciencia Económica dividida en dos disciplinas distintas (la micho y la macroeconomía) que carecen de conexión entre si y que, por tanto, pueden estudiarse separadamente.
 Como bien indica Mises, esta separación tiene su origen en la utilización de conceptos que, como el de nivel general de precios, ignoran la aplicación de la teoría subjetiva del valor al dinero y siguen anclados en la etapa precientífica de la economía en la que el análisis aún se intentaba efectuar en términos de clases globales o agregados de bienes, más que en términos de unidades incrementales o marginales de los mismos.

El análisis misiano sobre la imposibilidad del socialismo:  

     Mises aporta la teoría de la imposibilidad del socialismo, si la fuente de todas las violaciones, valoraciones y conocimientos se encuentra en la capacidad creativa del ser humano actor, todo sistema que se base en el ejercicio de la coacción violenta contra el libre actuar humano, como es el caso del socialismo y, en menor medida, del intervencionismo, impedirá el surgimiento en la mente de los actores individuales de la información que es necesaria para coordinar la sociedad.

Mises observo que, el cálculo económico, entendió como todo juicio estimativo sobre el valor del resultado de los distintos cursos alternativos de acción que se abren al actor, exige disponer de una información de primera mano y deviene imposible en un sistema que, como el socialista, se basa en la coacción e impide, en mayor o menor medida, el intercambio voluntario (en el que se plasman, descubren y crean las valoraciones individuales) y la libre utilización del dinero entendido como medio de intercambio voluntario comúnmente aceptado.

La falacia de un orden racional en la gestión económica es posible dentro de una sociedad basada en la propiedad pública de los medios de producción tiene su origen en la errónea teoría del valor formulada por los economistas clásicos, así como en la tenaz incapacidad de muchos economistas modernos para captar el teorema fundamental de la teoría subjetiva y comprender hasta las últimas consecuencias que del mismo se derivan.  La verdad es que solo los errores de estas escuelas hacían que las ideas socialistas prosperaran.

Por tanto, concluye Mises, allí donde no exista libertad de mercado, precios monetarios de mercado libre y dinero, no es posible que se efectué el cálculo económico “racional” alguno, en tendiendo por “racional” el cálculo efectuado disponiendo de la información necesaria (no arbitraria) para llevarlo a cabo.  

Mises escribe su libro El Socialismo en 1922, fue una obra que alcanzo una extraordinaria popularidad en la Europa continental y que tuvo, entre otras consecuencias, el resultado de hacer que teóricos de la talla de Friedirch A. Hayek, inicialmente un socialista Fabiano, Wilhem Röpke y Lionel Robbins cambiasen de opinión después de su lectura y se convirtieran al liberalismo.  Este libro dio inicio a una de las polémicas en las que se han visto implicados los teóricos de la Escuela Austriaca, La imposibilidad del cálculo económico socialista.

Debemos de mencionar que el mismo Mises, reconoce que cuando entro en la universidad era ideológicamente muy estatista y que solo paulatinamente sus estudios de Economía Política le hicieron cambiar de opinión.

Existen otras tres polémicas originadas por la escuela austriaca: la que mantuvo Mengeer con la escuela historicista alemana en el siglo XIX; en segundo lugar la polémica sobre el concepto de Capital y la teoría del interés que mantuvieron Böhn-Bawerk con J.B. Clark en un primer momento y Mises, Hayek y Machlup con Frank H. Knight y la Escuela de Chicago después, y la tercera es la conocida controversia mantenida por Hayek contra Keynes a lo largo de los años 30.  La evolución de los acontecimientos históricos (caída del socialismo real) y del pensamiento económico (crisis de la ingeniería social y de la economía keynesiana) están evidenciando como los teóricos austriacos llevaron la razón en estas cuatro controversias doctrinales.

Teoría de la función empresarial:

     La consideración del ser humano como protagonista ineludible de todo proceso social constituye la esencia de la cuarta aportación de mises al campo de la Ciencia Económica. En efecto, Mises se da cuenta de que la Economía, que en un principio había surgido centrada en torno a un tipo ideal histórico en el sentido de Max Weber, el homo economicus, gracias a la concepción subjetivista de Menger, se generaliza y convierte en toda una teoría general sobre la acción e interacción humana, ósea la praxeología en términos de Mises.

Mises considera que toda acción tiene un componente empresarial y especulativo, desarrollando una teoría de la función empresarial, entendida como la capacidad del ser humano para crear y darse cuenta de las oportunidades subjetivas de ganancia o beneficio que surgen en su entorno, actuando en consecuencia para aprovecharlas.

Mises manifiesta de manera expresa que el elemento esencial de la función empresarial radica en su capacidad creativa (Solo es creadora la mente humana que dirige la acción y la producción).

Mises manifiesta que, para triunfar en el mundo de los negocios no se precisa título académico alguno. Las escuelas y facultades preparan a gente subalterna para desempeñar funciones rutinarias, pero no producen empresarios; no se puede enseñar a ser empresario. El hombre se hace empresario sabiendo aprovechar oportunidades y llenando vacíos.

La capacidad empresarial del ser humano no solo explica su constante búsqueda y creación de nueva información respecto de los fines y los medios, sino que además es la clave para entender la tendencia coordinadora que surge en el mercado de forma espontánea y continua cuando no se le interviene de manera coactiva.

Mises es sumamente enfático en afirmar que la economía es una ciencia que trata sobre medios y no sobre fines.


Es esta capacidad coordinadora de la función empresarial la que, precisamente, hace posible la elaboración de un corpus lógico de teoría economía sin necesidad de incurrir, como veremos en el apartado siguiente, en los vicios del análisis cientista (matemático y estadístico). 

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