miércoles, 4 de noviembre de 2015

DOCUMENTO 3. PROCESO ECONOMICO I.

Redistribución de la riqueza

     La riqueza se adquiere a base del propio trabajo, el descubrimiento, por el intercambio o la donación. Se acumula, se trabaja y se ahorra, con la finalidad de formar un patrimonio.

En el mercado, los intercambios de bienes y servicios son voluntarios. La dinámica del intercambio de bienes y servicios es la que diaria y constantemente distribuye la riqueza en el mercado.

La redistribución impositiva de la riqueza consiste en redistribuir lo que ya esta previamente distribuido y, como consecuencia, surgirán problemas de equidad, aparte de los económicos.

Redistribución impositiva de Riqueza:

Transferencia coercitiva de bienes, y en especial de rentas, de unos sectores a otros de la población, para hacer la distribución de la misma más pareja.

La distribución de la riqueza dentro del mercado organizado libremente, seda en la medida que participamos y colaboramos en los procesos de intercambio, por ejemplo: el que produce una mesa, para su venta, hace que la mesa o su producto, resultado de la venta sea de él.

Cuando es producto de la cooperación de distintas personas que aportan su trabajo o sus bienes, la contribución de las personas es remunerada contractualmente por quien, en calidad de empresario, organizo y voluntariamente les contrato por el valor mutuamente convenido.

Cada quien tendrá su propia valoración subjetiva, pero NADIE PUEDE COBRAR MAS QUE LA VALORIZACION DEL MERCADO.

La parte de la riqueza o de la perdida producida que le corresponde al empresario es residual. Es especulativa. En todo caso, la riqueza producida (o perdida) habrá quedado distribuida en el momento que se produjo.

Hay que preguntar si la gente produciría mayor riqueza si supone que lo que va a producir será suyo.

Quien ofrece mejor oportunidad de empleo o de intercambio a los demás no es responsable de que otros no ofrezcan mejores oportunidades, ni mucho menos puede impedirlo, sin recurrir al uso del poder coercitivo del Estado.
No todos tendrán la misma oportunidad de ofrecer mejores oportunidades a los demás, pero en una sociedad libre todos tienen el derecho (libertad) de hacerlo.

Ya vimos anteriormente que la división del trabajo y el subsiguiente intercambio surgió debido a la discrepancia en el valor que las personas le atribuyen a las cosas, lo cual crea las oportunidades de beneficio mutuo.  

Puesto que en tanto el intercambio sea libre las dos personas ganan, podemos decir que, en una económica de mercado, la acumulación de una fortuna legítimamente adquirida por parte de alguna persona es evidencia de que esa persona enriqueció en alguna medida a los demás con quienes intercambio.

Esa fortuna no es causa de pobreza ajena, pues todos los que intercambiaron con la persona afortunada lo hicieron porque percibieron que así obtendrían mayor beneficio propio que optando por otras oportunidades que no les prometían mayor satisfacción.

Este hecho no es debidamente comprendido ni apreciado porque a través de la historia muchas personas efectivamente si han hacho fortunas utilizando el poder coercitivo del Estado; en alguna medida han privado de mejores opciones a otros miembros de la comunidad.

El error de comprensión consiste en no identificar esos casos como violaciones a aquella libertad de la cual depende “el mercado”, sino en considerarlos como propios del sistema de mercado, cuando propiamente pertenecen al sistema conocido como mercantilismo.

MERCANTILISMO:

     La doctrina mercantilista propugna por una fuerte autoridad central.  Se consideraba como algo esencial para la expansión de los mercados y la protección de los intereses comerciales.  Se consideraban los intereses del individuo como subordinados a los del Estado.  De acuerdo con este principio, se acepto y alentó la regulación del interés y de los salarios, la ordenación de la industria por medio de la concesión de privilegios de monopolio y el empleo de medidas proteccionistas sobre las actividades de los individuos.  

La ciencia económica se circunscribe a explicar el orden social libre, basado en la igualdad ante la ley y en los intercambios voluntarios.  Y por ello podemos afirmar que cuando sí se da la economía de mercado, la riqueza de unos es el resultado del enriquecimiento de otros y no la causa de su empobrecimiento.

La riqueza productiva como depósito condicionado:

     En cualquier organización social existe alguien que tiene la última responsabilidad de la decisión sobre el destino de los medios de producción y sobre la asignación de los recursos; es decir, de cómo los recursos disponibles habrán de usarse y combinarse para atender lo prioritario y desatender otras cosas.

Todo ello teniendo en cuenta que todos los recursos tienen usos alternos y que alguien tiene que disponer donde, cómo y cuando se utilizaran y para que no se utilizaran.

Inexorablemente, la responsabilidad por las decisiones últimas le corresponderá a alguien, o al imperfecto mercado al imperfecto Gobierno.   Bajo un sistema manejado por el Gobierno autoritario o totalitario, como se pretendía con el socialismo, quienes detentan el poder político, sea una sola persona o el cincuenta y uno por ciento de ellas, asignan políticamente las prioridades, los recursos para cumplirlas y la forma de distribuir la riqueza producida.

El régimen de propiedad privada y su libre intercambio dirigido por el proceso económico del mercado lo compara Ludwing von Mises con un plebiscito diario, que determina quienes son responsables de cada cantidad específica de los medios de producción y de los recursos.  A esos recursos sociales, bajo su responsabilidad se les reconoce como de su propiedad, en tanto y en cuanto los conserve de acuerdo con la regla cardinal del mercado: o sirven para enriquecer a los demás, o el proceso se los quita y transfiere su manejo a otros.  El mercado es implacable en mantener vigente su regla cardinal y por ello propiedad de un patrimonio siempre es precaria.

QUIEBRA:  Situación que se produce cuando en una empresa los pasivos son superiores a los activos y los ingresos son insuficientes para continuar en sus negocios.

     La quiebra ocurre cuando la suma de las pérdidas exceden el valor del patrimonio. En cambio, cuando el valor del producto es mayor que el valor de los recursos consumidos, evidentemente la riqueza aumenta y el patrimonio se acrecienta.

     Esa competencia entre participantes, cada quien actuando en distintas funciones simultáneamente como dueño de recursos, como consumidor y, en alguna medida, como empresario, es también una competencia por la propiedad de los recursos y de los productos.

     Todos estamos intentando aumentar nuestra propia riqueza de la única manera que es posible en un mercado, mediante el intento de satisfacer deseos ajenos por medio de intercambios voluntarios.  En nuestra calidad de consumidores, nuestro poder adquisitivo es, precisamente, el dinero que recibimos como retribución por nuestro aporte como vendedores de recursos.   A su vez, obtenemos bienes en el mercado de productos, pagándoles a los empresarios.  Ellos compiten entre sí tratando de enriquecer a los consumidores en el mercado de productos para salir favorecidos con sus compras; y compiten con otros empresarios tratando de enriquecer a los dueños de los recursos en el mercado de recursos.  Si el empresario pierde cualquiera de los dos, sus clientes o sus proveedores, perdería su patrimonio y dejaría de ser empresario.


Podemos decir que, formalmente, una fortuna consiste en el conjunto de “papeles” con valor (acciones, bonos, acreedurías, títulos de propiedad, contratos, patentes, etc) que están bajo la responsabilidad (propiedad) de alguna persona específica, en tanto los utilice de acuerdo con la regla cardinal del mercado, cuyo efecto en las demás personas es beneficio. Los “papeles” designan quien tiene por ahora el privilegio y la responsabilidad de decidir que uso se le dará a esos recursos.  Su éxito dependerá no de satisfacer sus propios gustos y prioridades, sino los gustos y prioridades de los demás, de acuerdo con el poder adquisitivo de los demás.  Solamente así conservara los “papelitos”.

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