miércoles, 30 de septiembre de 2015

DOCUMENTO 2 Proceso Económico I

DE LA DISTRIBUCIÓN DE EMPRESARIOS, PROFESIONES Y TIERRAS

     En El mundo real la asignación de ocupaciones se puede observar en todos los campos.  Como ejemplo, un empresario de éxito contaba que el conocía a un amigo, aun de más éxito, que sin duda podría manejar mejor el negocio que el manejaba porque tenía ventaja en capacidad gerencial y que, sin embargo, no lo había desplazado.

Resultaban así ambos dedicando su esfuerzo y conocimientos donde su aporte al producto social era mayor, resulta que el más apto se dedica aquello donde su ventaja es mayor y prescinde de trabajar en aquello donde su ventaja es menor.

Es así que el cirujano no compite con la enfermera a pesar de que indudablemente podrá hacer le trabajo de enfermería mejor, porque tiene una ventaja muchísimo mayor y valiosa para la sociedad en hacer cirugía.  De manera que decide abstenerse de trabajar donde su ventaja es menor, en enfermería.
Todos ganan, pues la sociedad entera podrá obtener mayor cantidad y calidad de servicios médicos, gracias a esa división del trabajo.

También la Ley de Asociación no explica como en forma gradual y lenta la propiedad de la tierra tiende a llegar a manos de quienes dirigiendo su uso aumentan el producto social.

LA ESTRUCTURA DEL MERCADO

     La división del trabajo no sucedería sin la oportunidad de intercambiar lo producido.  El sastre produce pantalones, no porque necesite tantos pantalones, sino para conseguir los alimentos de sus hijos.  Su manera de producir pan es, no haciéndolo, sino haciendo más pantalones.  Y quien siembra las verduras no hace sus pantalones, sino que siembra verduras para tener pantalones.

Nadie produce “excedentes”.  Todo lo que se produce es con el objeto de intercambiarlo por lo que en última instancia se desea.  La esencia es la fluidez y dinámica de los mercados.

Todos somos dueños de recursos, todos somos consumidores, y todos tenemos algo de empresarios.  La influencia de nuestros actos en el mercado dependerá de la función que en ese momento desempeñamos:
Como dueños de recursos competimos vendiéndolos, pues si los empresarios los adquieren de otros ya no lograremos obtener algo a cambio de nuestros recursos.  Consecuentemente, en nuestro intento de venderlos, pujamos para abajo los precios de los recursos.

Como empresarios necesitamos adquirir los recursos para convertirlos en productos para el consumo y, en nuestro afán de comprarlos, pujamos para arriba los precios de los recursos, porque si otros empresarios los obtienen nos quedamos desprovistos.  En nuestro afán de vender pujamos para abajo los precios de los productos, compitiendo con otros empresarios para satisfacer a los consumidores.

Como consumidores acudimos al mercado para obtener los medios de satisfacer las necesidades las de nuestra familia, y en ese afán estamos buscando siempre los mejores precios.

Toda la coordinación que se realiza dentro de un mercado es determinada por el sistema de precios.
Cuando el derecho de propiedad está asegurado por la ley y por la gestión del gobierno, es a través del fenómeno de mercado que se seleccionan esos dirigentes.

El único que puede despedir al empresario es el cliente.  Los empresarios actuaran por el incentivo de mejorar su propia condición, pero como solamente podrán tener éxito satisfaciendo deseos ajenos, de acuerdo con criterios ajenos, entra en juego el mecanismo de la ley de ventaja comparativa.


LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA

     El estado natural del hombre es la pobreza. La riqueza es artificial, la riqueza es el resultado de la aplicación del trabajo e ingenio del hombre en cooperación social.  Muchos son los ejemplos de empobrecimiento de sociedades enteras, como los países que adoptaron el Socialismo en el siglo XX.

LA TENENCIA DE LA RIQUEZA

     La forma en que está dividida la tenencia de riqueza (en un momento dado, pues cada momento cambia), generalmente se estudia dividiendo la población entre cinco grupos de acuerdo a sus ingresos.  Tenemos así el quintil más rico, el más pobre, y tres quintiles en medio.

La división en quintiles, si bien es útil para estudios demográficos relacionados con la tenencia de la riqueza, siempre es relativa, pues siempre se podrá dividir una sociedad en quintiles, no importa si se trata de una sociedad muy rica o muy pobre. 

La representación grafica piramidal de la distribución de la riqueza siempre será irregular (trapezoidal) en tanto no sean todos los ingresos exactamente iguales, pues siempre habrá una minoría de personas con ingresos menores que el promedio y otra con ingresos mayores.  Adentro de esa pirámide no hay estratos fijos, pues unas personas van para arriba y otras para abajo.

La riqueza no es una cantidad fija.  Solo tenemos que observar a nuestro alrededor, para notar que la riqueza se crea día a día, y siempre hay más.  No solamente el total es mayor, sino con el tiempo todos tienen más.  El pastel es más grande y a cada uno, además, le toca mayor tajada.

Obviamente esos aumentos de toda una población no podrían ser generales si la actividad económica de la sociedad fuese un “juego de suma cero”, en el cual lo que unos ganan es lo que otros pierden.  Como hemos visto el aumento de la riqueza es el resultado del enriquecimiento mutuo.

A medida que el liberalismo del renacimiento fue rompiendo las estructuras clasistas rígidas, se comenzó a dar cada vez mayor movilidad entre niveles de ingreso, y actualmente el proceso es muy dinámico.

En una sociedad basada en el respeto al derecho de propiedad -una sociedad de mercado-  la distribución de la riqueza ocurre encontramos muchos que están fuera del control de la persona.  El principal factor es el desempeño propio de la persona, el cual si esta bajo su control y su responsabilidad, pero también inciden otros factores, como la suerte, la gente que conoce, las circunstancias del nacimiento, las dotes personales, el país donde vive, el estado de progreso de época o lugar y muchos más.  

La suerte juega un papel importante, pues las oportunidades se dan en forma circunstancial y en ocasiones imprevistas, y otras cuyo aprovechamiento ya dependerá del talento y audacia de cada quien.


Cuando la sociedad se hace más compleja es fácil perder de vista que lo fundamental sigue siendo válido: que la gente tiene lo que produce, o lo que puede obtener a cambio de lo que produce. 

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