“RESPONSABILIDAD Y LIBERTAD”
1.
Responsabilidad
y libertad
La
libertad no solo significa para el individuo que tiene la oportunidad y
responsabilidad de elección, sino que también debe soportar la carga de sus
consecuencias, de sus acciones y recibir alabanzas o censuras por ellas. La libertad y la responsabilidad son
inseparables. Una sociedad libre no
puede funcionar si los individuos no poseen el derecho de hacer propios los
resultados que se deduzca de sus acciones y la acepte como resultado de sus
propios merecimientos.
Una sociedad libre solo puede ofrecer oportunidades iguales para todos, y
el individuo debe de comprender que el resultado de sus acciones dependerá de
un sinfín de variables que no son responsabilidad de nadie, en ocasiones ni de
él mismo. Pero algo si es cierto, que en
la mayor parte de ocasiones el resultado de sus acciones, serán únicamente
atribuibles a él mismo.
La libertad se cocha constantemente con la falta de ánimo que inspira hacia
los individuos, esto debido a que, la negación de la responsabilidad se debe
comúnmente al temor que ella inspira, ósea al miedo que tienen las personas a
tomar responsabilidad de sus propias vidas.
Es por ello que G.B. Shaw dijo: “La
libertad significa responsabilidad. Por eso, la mayoría de los humanos le
temen”. Es indudable que muchas
personas están temerosas de la libertad, porque la oportunidad para hacer la
propia vida significa también una incesante tarea, una disciplina que el hombre
debe imponerse a sí mismo para lograr sus fines.
2. Determinismo y
libertad
La
falta de estima que hay hacia las ideas de la libertad, es debido a una errónea
interpretación que hay hacia las lecciones de la ciencia.
La libertad es sumamente importante para las personas ya que por medio de
ella es que se destruye totalmente la idea del determinismo que reino en la
humanidad durante tanto tiempo, y por medio del cual se busco, con relativo
éxito, tener al mundo sumido en la obscuridad de la ignorancia y la
desesperanza.
El determinismo intelectual es el responsable de un gran número de
desaciertos de la mente humana, originado como resultado de extraer
conclusiones que no se deducen de premisas correctas, más bien son resultado de
premisas incorrectas. Las personas que
niegan la libertad de la voluntad despojan a la palabra “libre” de todo su
significado ordinario.
El determinismo arguye que, puesto que las acciones de los hombres están
determinadas completamente por causas naturales, no puede haber justificación
para hacerles responsables y alabarles o censurarles por las mismas. Los voluntaristas por otra parte, mantienen
que, puesto que existe en el hombre algún agente que queda fuera de la cadena
de cusa y efecto, dicho agente es quien debe soportar la responsabilidad y ser
el legitimo objeto de alabanza o censura.
El hecho peculiar en torno a la disputa es que en ninguno de los dos casos
las conclusiones se deducen de las premisas alegadas. D. Hume, dijo: “Por libertad, entonces, podemos significar únicamente el poder de
actuar o no actuar de acuerdo con las determinaciones de la voluntad.”
3. La función de asignar responsabilidades
La conducta de una persona en un
preciso momento, su respuesta a cualquier serie de circunstancias externas,
vendrá determinada por su constitución hereditaria y la práctica acumulada con
cada nueva experiencia, interpretada a la luz de anteriores experiencias
individuales. Ósea el carácter se forma a través de un proceso acumulativo que
en cada caso produce una única y precisa responsabilidad. En otras palabras, la
responsabilidad no se toma por una elección es el resultado de una forma de
vida y una acostumbrada conducta de responsabilidad hacia la misma persona y
hacia la sociedad.
La posición determinista sostiene que esos efectos acumulados de herencia y
experiencias pasadas constituyen la totalidad de la personalidad
individual. Solamente la voluntad que
crea la libertad es la única que puede crear esos factores que determinaran la
personalidad y a través de ella, la acción singular del individuo.
Hay personas dentro de la posición determinista más extrema que tienen a
negar que el término “voluntad” tenga algún significado.
Muchas veces se dice que las personas no tienen la responsabilidad de ser
como son, o de vivir en la pobreza en que viven, la posición determinista dirá
que, eso es lo que les toco y como les toco vivir; nada más alejado de la
realidad, ya que si se les otorga Libertad, tendrán la opción de buscar la
forma en la cual desean ellos mismos vivir.
La afirmación de que una persona es responsable de su proceder pretende
convertir a sus actos en algo distinto de lo que serian si aquellos no creyera
en la realidad de este aserto. En
general creemos que la conducta de una persona se verá influida en una
dirección deseable por el conocimiento de la responsabilidad de sus actos,
nunca podemos estar seguros del efecto de dicho conocimiento en un caso en
particular.
Lamentablemente la responsabilidad llego a ser un concepto jurídico, ya que
se designa a alguien para que diga cuál es el nivel de obligación que tiene una
persona frente a su responsabilidad “legal”, cuando realmente la
responsabilidad es un término moral.
El significado del concepto se extiende más allá de la esfera de coacción y
su mayor importancia quizá radique en el papel que desempeña al guiar las
libres decisiones de los hombres. Una
sociedad libre exige, probablemente más que ninguna otra, que los hombres se
guion en sus acciones por un sentido de responsabilidad, que se extiende aun
mas allá de los deberes marcados por la ley.
Cuando a los hombres se les permite actuar de acuerdo con lo que estiman
conveniente, también deben ser responsables del resultado de sus esfuerzos.
4. El hombre en cuento ser responsable
La justificación para atribuir
responsabilidad es, el efecto presumido derivado de esta práctica en las
acciones futuras. Su pretensión es enseñar a los individuos lo que deben
considerar en situaciones futuras comparables. El hombre por obligación debe de tener la
oportunidad de soportar las consecuencias de sus decisiones.
Esto no significa que se presuma
siempre que el hombre es el mejor juez de sus intereses. Significa meramente
que nunca poseemos la seguridad de que otros los conozcan mejor.
La asignación de responsabilidad presupone, en el caso del hombre, la capacidad
para una acción racional y la aspiración de que actué mas racionalmente de lo
que haría sin aquella, la razón juega solo una pequeña parte en la
determinación de las acciones humanas.
La complementariedad de libertad y responsabilidad significa que las
razones a favor de la libertad se aplican solo a aquellos a quienes se les
puede imputar responsabilidad; la responsabilidad presupone que una persona es
capaz de aprender de la experiencia y de guiar sus acciones por el conocimiento
así adquirido.
Ahora siempre que exista razón para creer que el conocimiento de la
responsabilidad influirá probablemente en las acciones de un hombre, será
necesario tratarle como responsable. La
atribución de responsabilidad no se basa en lo que creemos que serán las
probables consecuencias de estimular a la gente a comportarse racional y
considerablemente. Se trata de un
recurso que la sociedad ha desarrollado para competir con nuestra incapacidad
de ver lo que hay dentro de la mente de otros y para introducir orden en
nuestra vida sin recurrir a la coacción.
Por lo tanto, ser un miembro libre y responsable de la comunidad supone una
condición particular que acarrea cargas y privilegios. Ahora bien, política y legalmente, para que
la libertad sea efectiva, la diferenciación debe establecerse clara y
definitivamente y venir determinada por reglas generales e impersonales.
En la vida pública la libertad requiere que seamos considerados como tipos,
no como individuos y tratados bajo la presunción de que las razones normales
que nos disuaden de hacer esto o aquello tendrán efectividad en el caso
particular de que se trate.
5.
La prosecución
de las propias finalidades
Se confunde mucho el ideal de
libertad de la persona para la persecución de sus propios fines con la creencia
de que tal libertad se traduciría en la voluntad o el empeño de lograr
únicamente fines egoístas.
Parte esencial de la libertad y de las concepciones morales de una sociedad
libre es la elección de nuestros asociados y de aquellos de quienes hacemos
nuestras sus necesidades.
El altruismo general es, sin embargo, una concepción carente de sentido.
Nadie puede cuidar eficazmente de los extraños.
Las personas siempre se decantaran por situaciones concretas, ósea a
personas que conocemos. Uno de los
derechos fundamentales de los hombres, es determinar que necesitados y que
necesidades se le antojan más importantes.
Una parte del concepto que nos merece la personalidad individual, consiste
en el reconocimiento de que cada ser humano tiene su propia escala de valores
que debemos respetar aun cuando no la aprobemos.
Una sociedad desconocedora de que cada individuo tiene derecho a seguir sus
personales preferencias carece de respeto por la dignidad del individuo y
desconoce la esencia de la libertad; sin embargo, también es verdad que en una
sociedad libre la estima del individuo depende del uso que este haga de su libertad.
El hecho de que una sociedad libre funcione con éxito solamente si sus
individuos se hallan guiados en cierta media por valores comunes es quizá la
razón por la que los filósofos han definido a veces la libertad como acción
conforme a reglas morales. La libertad
de acción, que constituye la condición del merito moral, incluye asimismo la
libertad de actuar mal.
La principal función de la creencia en la responsabilidad individual es
hacer que utilicemos nuestro propio conocimiento y capacidad hasta el máximo en
la consecución de nuestros fines.
6.
La carga de
obrar por el bienestar
En un grado mayor que nunca, el éxito de un hombre no depende de la
especial habilidad que posea en abstracto, sino de la correcta utilización
de dicha habilidad. A medida que la sociedad y su complejidad se
han extendido, la recompensa que un hombre puede obtener depende más y más no
de la habilidad y capacidad que posea, sino del correcto uso que de ellas
haga. Así, ha aumentado la dificultad de
descubrir el mejor empleo para la capacidad de uno y la discrepancia entre las
recompensas de hombres que poseen la misma capacidad técnica o especial
habilidad.
La necesidad de encontrar una esfera de utilidad, un empleo apropiado para
nosotros mismos, es la más dura disciplina que la sociedad libre se
impone. En la sociedad libre nadie puede
asegurar la utilización de los mejores dotes o habilidades, a menos que haga
uso de la coacción.
El principal objetivo de la libertad es ofrecer oportunidades e incitar al
individuo para que se asegure al máximo uso de conocimientos que pueda
adquirir.
7.
Adiestramiento
para la libertad
El descubrimiento de un mejor
uso de las cosas o de la propia capacidad de uno es la mayor contribución que
un individuo puede hacer dentro de la sociedad, al bienestar de sus semejantes
y que facilitando el máximo de oportunidades para ello es como una sociedad
libre llegara a prosperar más que otras.
Al poder utilizar nuestras propias habilidades en la forma que más creamos
conveniente, nos convertimos en emprendedores, eso es justamente la maravilla
de la sociedad libre.
Dentro de una sociedad libre, puede darse el caso que dos hombres con la
misma educación, la misma preparación y las mismas habilidades, uno triunfe y
el otro se hunda en el fracaso, la diferencia está en la utilización de los
medios para alcanzar el éxito, y por lo tanto, hemos de ajustar nuestra
educación y ética de acuerdo con tales oportunidades. En una sociedad libre no somos remunerados
por nuestra habilidad, sino por el uso correcto que hagamos de la misma.
Dentro de la sociedad libre, el talento del hombre no le concede una
posición especial. Todo lo que una sociedad
libre ha de ofrecer es la oportunidad de buscar una posición conveniente. A menudo se arguye que la creencia en la
persona como única responsable de su propio destino esta defendida solamente
por los que gozan del éxito.
Cuanto más propenso sea el hombre a censurar a los otros o a las
circunstancias por su fracaso, mayor tendencia acusa a la ineficacia y al
descontento.
8.
El alcance de
la responsabilidad
Actualmente se asigna la
“responsabilidad necesaria”, en las acciones de los individuos con la única
finalidad de influir en sus acciones. La
libertad exige que las acciones del individuo tenga en cuenta consecuencias que
están dentro de sus posibilidad de previsión y, particularmente, que se le haga
responsable de sus propias acciones.
La responsabilidad, para gozar de efectividad, debe ser responsabilidad
individual. En una sociedad libre no
existe responsabilidad colectiva de los componentes de un grupo como tal. Por ejemplo y a fin de cuentas, si la
propiedad de muchos es la propiedad de nadie, entonces en ese mismo orden de
ideas la responsabilidad de todos es la responsabilidad de nadie.
Es por ello que, la responsabilidad únicamente puede ser atribuible a las
personas individuales y a nadie más.
En gran parte, la creciente demanda de protección y seguridad proveniente
del poder impersonal del Estado tiene su origen, sin duda, en la desaparición
de esa más pequeña comunidad de interés y del sentimiento de aislamiento del
individuo que yo no puede contar con el interés personal y la asistencia de los
otros miembros del grupo local.
Para ser efectiva, la responsabilidad debe reducirse a facilitar que el
individuo se apoye en su propio y concreto conocimiento, llegado el instante de
decidir sobre la importancia de las diferentes tareas, de aplicar sus
principios morales a las circunstancias que conoce y de ayudar voluntariamente
a mitigar los males.
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