viernes, 25 de septiembre de 2015

Primera entrega Capitulo 2 LA ACCION HUMANA. L. V. MISES.

LA ACCIÓN HUMANA
Ludwing Von Mises
PRIMERA PARTE
LA ACCIÓN HUMANA


Capitulo 2. PROBLEMAS EPISTEMOLOGICOS DE LAS CIENCIAS DE LA ACCIÓN HUMANA.


1.      Praxeología e historia

Las ciencias de la acción humana se dividen en dos ramas principales: la de la praxeología y la historia.  La historia recoge y ordena sistemáticamente todos los datos de experiencia concernientes a la acción humana. Analiza las motivaciones que impulsaron a los hombres a actuar y las consecuencias provocadas por tal proceder.   El objeto de estudio de todas las ciencias históricas es el pasado. El conocimiento de ellas hace del hombre sabio y prudente.

Todo conocimiento experimental se refiere a hechos anteriormente observados; no existe experiencia de acontecimientos futuros. La experiencia de que tratan las ciencias de la acción humana es siempre experiencia de fenómenos complejos.

La ilustración proporcionada por la historia no sirve para formular teorías ni para predecir el futuro.  Toda realidad histórica puede ser objeto de interpretaciones varias y, de hecho, ha sido siempre interpretada de los modos más diversos.

La historia no puede ni probar ni refutar ninguna afirmación de valor general como lo hacen las ciencias naturales, las cuales aceptan a rechazan las hipótesis según coincidan o no con la experimentación.
Cuando se trata de explicar algo, la mente humana no duda en inventar ad hoc, las más imaginarias teorías carentes de toda justificación lógica.

La praxeología no es una ciencia histórica, sino teórica y sistemática. Su objeto es la acción humana como tal, con independencia de todas las circunstancias ambientales, accidentales e individuales de los actos concretos.

2.      El carácter formal y apriorístico de la praxeología.

     Por lo que a la praxeología atañe, los errores de los filósofos se deben a su total desconocimiento de la ciencia económica e incluso, a veces, a su inaudita ignorancia de la historia. Para el filósofo, el estudio de los problemas filosóficos constituye una noble y sublime vocación situada muy por encima de aquellas otras ocupaciones mediante las cuales el hombre persigue el lucro y el provecho propio.

El hombre desciende de antepasados de condición no-humana, los cuales carecían de esa capacidad intelectiva. De ello deducen los empiristas que el raciocino se basa en la experimentación y es consecuencia de la adaptación del hombre a las condiciones de su medio ambiente.

EMPIRISMO:  1. Doctrina psicológica y epistemológica que, frente al racionalismo, afirma que cualquier tipo de conocimiento procede únicamente de la experiencia ya sea experiencia interna (reflexión) o externa (sensación), y que esta es su única base. “el empirismo parte de la base de que solamente es posible conocer con absoluta certeza la realidad mediante la observación sistemática”. 2. Método o procedimiento que está basado en la experiencia y en la observación de los hechos.

Esos endebles mecanismos lógicos progresaron poco a poco, pasando de la etapa pre lógica a la de la verdadera lógica.  La razón, la inteligencia y la lógica son, por tanto, fenómenos históricos. No hay razón alguna para suponer que nuestra lógica sea la fase última y definitiva de la evolución intelectual.

Pero el problema del conocimiento a priori es distinto.  No se trata ahora de determinar cómo apareció el raciocinio y la conciencia.  El tema que no ocupa se refiere al carácter constitutivo y obligado de la estructura  de la mente humana.

Interesante es apreciar que durante los estados de inconsciencia nada hay que pueda recordarse. Solo los estados conscientes pueden ser recordados.  La mente humana no es una tabula rasa sobre la que los hechos externos graban su propia historia.  Al contrario goza de medios propios para aprehender la realidad.

TABULA RASA: La tabla rasa, (en latín tabula rasa) es decir una tablilla sin inscribir y que se aplica a algo que está exento de cuestiones o asuntos anteriores. También se utiliza la expresión “hacer tabula rasa” para expresar la acción de no tener en cuenta hechos pasados, similar a la expresión más moderna de “hacer borrón y cuenta nueva”.     En la filosofía la tabla rasa hace referencia a la tesis epistemológica de que cada individuo nace con la mente “vacía”, es decir, sin cualidades innatas, de modo que todos los conocimientos y habilidades de cada ser humano son exclusivamente fruto del aprendizaje, a través de sus experiencias y sus percepciones sensoriales.  La corriente filosófica que se deriva de este dogma es el empirismo, corriente que también proclama la creencia de que la experiencia es el primer constituyente de cualquier conocimiento que se produzca en el ser humano.   La tabla rasa fue popularizado por el filósofo inglés John Locke y suele enlazarse con otros dos mitos en el debate intelectual moderno, el de “el buen salvaje” y el de “el fantasma en la maquina”, pero en realidad tiene su origen en Santo Tomas de Aquino.  También es una expresión típica de Aristóteles.  En  urbanismo, también se emplea la expresión hacer tabula rasa, en referencia a demoler o derribar todas las edificaciones preexistentes en un lugar, para desarrollar un barrio completamente nuevo.

El conocimiento humano viene condicionado por la estructura de nuestra mente. Si, como objeto principal de investigación, se elige la acción humana, ello equivale a contraer, por fuerza, el estudio a las categorías de acción conformes con la mente humana, aquellas que implican la proyección de esta sobre el mundo externo de la evolución y el cambio.

La supuesta heterogeneidad lógica del hombre primitivo

     El contenido de los pensamientos del hombre primitivo difiere del de los nuestros, pero la estructura formal y lógica es común a ambos. Lévy-Bruhl, en efecto, afirma que, entre la gentes civilizadas, también se dan ideas y relaciones ideológicas reguladas por la ley de la participación, las cuales, son mayor o menor independencia, con más o menos fuerza, coexisten inseparablemente con aquellas otras regidas por la ley de la razón, “Lo pre lógico y lo mítico conviven con lo lógico”.  

La mente primitiva, como la nuestra, desea descubrir las causas de los acontecimientos.   El campesino deseoso de incrementar su cosecha tal vez recurra a soluciones distintas, según la filosofía que le anime.  Puede ser que se dé a ritos mágicos, o también es posible que proceda a utilizar más y mejor fertilizante. Ahora bien, sea cual fuere la solución preferida, siempre nos hallaremos ante una actuación racional consistente en emplear ciertos medios para alcanzar determinados fines.

3.      Lo apriorístico y la realidad

     El racionamiento apriorístico es estrictamente conceptual y deductivo.  En el concepto de dinero están implícitos todos los teoremas de la teoría monetaria. Nadie, sin embargo, negara la importancia cognoscitiva de la teoría cuantitativa del dinero.  Esta permanecerá, desconocida si no se descubre mediante el razonamiento económico, Una larga lista de fracasos en el intento de resolver los problemas planteados demuestra que no fue tarea fácil alcanzar el actual nivel de conocimiento en la materia.

Sin contar con la teoría, es decir, con la ciencia general apriorística de la acción humana, es imposible comprender la realidad de la acción humana.   La relación entre razón y experiencia ha constituido, desde antiguo, uno de los fundamentales problemas de la filosofía.

Ahora bien, las ciencias de la acción humana difieren radicalmente de las ciencias naturales. Quienes pretenden construir un sistema epistemológico de la acción humana, según el modelo de las ciencias naturales yerran lamentablemente.

Los teoremas que el recto razonamiento praxeológico llega a formular no solo son absolutamente ciertos e irrefutables, al modo de los teoremas matemáticos, sino que también reflejan la intima realidad de la acción, con el rigor de su apodíctica certeza e irrefutabilidad, tal como esta, efectivamente, se produce en el mundo y en la historia. La praxeología proporciona conocimiento preciso y verdadero de la realidad.

La praxeología reflexiona sobre temas de acción, si nuestra mente no dispusiera de los esquemas lógicos que el razonamiento praxeológico formula, jamás podríamos distinguir ni apreciar la acción.  Sin auxilio de la percepción praxeología nada sabríamos acerca de los medios de intercambio.


Debemos de comprender que la acción humana es apriorística, y siempre lo ha sido.   La historia no sería más que un conjunto de acaecimientos sin ilación, un mundo de confusión, si no fuera posible aclarar, ordenar e interpretar los datos disponibles mediante el sistematizado conocimiento praxeológico. 

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