jueves, 16 de junio de 2016

LOS FUNDAMENTOS DE LA LIBERTAD (ARTÍCULO 4)

“LA DECADENCIA DE LA LEY”
(Capitulo XVI)



      Toda la estructura de la organización bajo un sistema de normas, universales, generales, impersonales y abstractas, desapareció después de varios hechos históricos, pero el peor momento fue el de los juicios de Nuremberg, ya que justifico a todas luces, destruir los principios generales del Derecho en post de hacer lo que se creía y se exigía era lo justo en ese momento.

De este momento tenemos que nuestro autor nos cuenta que hay cuatro movimientos que inician la decadencia de la Ley, iniciando (injustamente) con el positivismo jurídico, luego el historicismo, para pasar a la escuela del “libre arbitrio” judicial y terminar con la doctrina del “interés jurídicamente protegido”.

Estoy personalmente de acuerdo con el autor en los tres grupos que señala, pero no con el positivismo, ya que la destrucción del positivismo, fue responsabilidad de una sola persona y la cual también actuó directamente en los juicios de Nuremberg, esta persona no es otra que Hans Kelsen.

Hans Kelsen en su lucha por evitar que volviese a suceder una tragedia como la del holocausto judío, propuso la creación de los tribunales del orden Constitucional, lo que hoy conocemos en Guatemala como la Corte de Constitucionalidad.  Esto con la “buena idea” de tener un ente superior y supremo a toda la estructura gubernamental, que pudiera poner en pie sobre los abusos que hicieran las autoridades, y de esta forma por garantizar siempre los derechos que se establecieran en la Constitución, porque gracias a la teoría de la “robada” pirámide de Kelsen, ya no existiría nada sobre la Constitución, por lo cual las Cortes Constitucionales podrían cuidar que se respetará el derecho de todas las personas. Lo único en lo que Kelsen y todos los seguidores de la teoría pura del derecho no pensaron, fue que al establecer ese ente supremo, lo que estaban haciendo o creando era otro órgano supra estatal que rompía con la idea Republicana constitucionalista que es la esencia pura de las garantías individuales de las personas.

     En este momento, fue que definitivamente, el contenido de la concepción tradicional del imperio de la ley se empezó a presentar como una superstición metafísica, ya que se puso toda la fe y la esperanza en un grupo de personas que ahora poseían todo el poder de decisión judicial, lo cual fue otra de las causas de la destrucción tanto del derecho como de la ley.

A partir de estos momentos se pensó, que todo lo que se hiciera o se escribirá en ley sería bueno, y en ese momento se destruye la concepción del positivismo jurídico, que nunca busco crear una gran cantidad de leyes, sino, dotar de seguridad y certeza los actos que realizaran los hombres dentro de una sociedad libre.

Así mismo, se pensó que era una movida bien elaborada por parte de los totalitarios, ya que ellos, como meta y así lo manifestaron una gran cantidad de ocasiones era: “Destruir la Ley”.  Los socialistas al alcanzar ese fin tendrían todo servido para iniciar su lucha de clases, y lograr sus metas, en virtud que no habría nada que garantizara el respeto a los derechos individuales y pusiera limites al ejercicio del poder.

Así podemos apreciar, tal y como lo manifiesta nuestro autor, que todas las medidas que tienden a beneficiar a los más necesitados son siempre reaccionarias, y por tal motivo necesitan de una ley que actué coercitivamente sobre quien piense que esa decisión no es la correcta para alcanzar el fin determinado.  

La lucha contra el imperio de la ley ha sido muy amplia, desde varias aristas y desde varias ópticas, tanto jurídicas como ideológicas, el problema principal se da por el desconocimiento de, para qué sirve la ley y cuál es su fin.  La ley tiene objetivos propios, y debe ser observada especialmente por las autoridades ya que se hizo especialmente para que ellos no abucen del poder temporal que poseen y ese poder es única y exclusivamente para garantizar los derechos individuales de las personas y no permitir que ninguna institución de gobierno abuso de los ciudadanos.

Esta sencilla instrucción jamás la comprendieron los integrantes de los Juicios de Nuremberg, quienes destruyeron el derecho, en post, de hacer lo justo, lo correcto y lo que la "sociedad civil" de esa época exigia. Aprendamos del pasado.

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