GÉNESIS, ESENCIA Y EVOLUCIÓN DE LA
ESCUELA AUSTRIACA DE
ECONOMÍA
Jesús Huerta de Soto
CAPITULO I. Segunda Parte
(Comentarios de Juan
Carlos Luna Aguilera)
La teoría austriaca del Capital y
el Interés:
El siguiente impulso más importante
desarrollado en la Escuela Austriaca después de Carl Menger se lo debemos a su
más brillante alumno, Eugen von Böhm-Bawerk (1851-1914), llego a ser ministro
de gobierno del Imperio Austro-Húngaro. La obra cumbre de este defensor de la Escuela
de Economía Austriaca en “Capital e Interés”. Donde destruye todas las teorías anteriores a
los orígenes del Capital y el Interés, siendo especialmente acertado en su
análisis crítico de la teoría marxista de la explotación y de las teorías que
consideran que el interés tiene su origen en la productividad del capital,
elaborando además toda una nueva teoría sobre el surgimiento del interés basada
en la realidad subjetiva de la preferencia temporal.
En efecto,
dado que el ser humano, cuando actúa, en igualdad de circunstancias, pretende
lograr temporalmente sus fines cuando antes, solo estará dispuesto a posponer
la consecución de los mismos en el tiempo si es que con ello piensa que podrá
lograr fines de más valor. Dicho de otra forma, el individuo por lógica,
en igualdad de condiciones, leyes y oportunidades, siempre deseará más lograr
sus metas en el presente o al menos en el menor tiempo posible que lograrlos en
el futuro.
De manera
que solo estará dispuesto a posponer la consecución de sus fines en el tiempo
si es que con ello piensa lograr un valor diferencial mayor que es el que, en
última instancia, explica el surgimiento, como precio de mercado de los bienes
presentes en función de los bienes futuros, de la tasa social de preferencia
temporal o interés.
El Coste
como concepto subjetivo:
Otro teórico de la Escuela Austriaca al
que a menudo se menciona es Friedrich von Wieser (1851-1926), catedrático
primero en Praga y luego en Viena. Aunque debemos a Wieser algunas aportaciones
de interés, entre las cuales sobresale el desarrollo de la mengeriana
concepción subjetivista del coste como el valor subjetivo que el actor da a
aquellos fines a los que renuncia al actuar (concepto de coste de oportunidad).
Siempre que
el actor se da cuenta de que desea un cierto fin y descubre y selecciona unos
determinados medios para alcanzar ese fin, simultáneamente renuncia a lograr
otros fines distintos que para él ex ante tienen un valor menor, y que cree que
podrían alcanzarse utilizando alternativamente estos mismos medios a su disposición.
Denominamos coste al valor subjetivo que el actor da a los fines a los que
renuncia cuando decide seguir y emprender un determinado curso de acción. A
Wieser debemos, no obstante, el termino de “utilidad marginal” o “fronteriza”
que él utilizo por primera vez.
No podemos
negar que, toda acción implica siempre una renuncia, esto debido a que para
seleccionar un interés A, fue necesario hacerlo en contra de un interés B.
No existen,
por tanto, costes objetivos que determinen el valor de los fines, sino que la
realidad es justo la contraria: los costes como valores subjetivos se asumen
(y, por tanto, vienen determinados) en función del valor subjetivo que los
fines que realmente se persiguen (bienes finales de consumo) tienen para el
actor. Para los economistas austriacos son los precios de los bienes finales de
consumo, como plasmación en el mercado de las valoraciones subjetivas, los que
determinan los costes en los que se está dispuesto a incurrir para producirlos,
y no al revés.
Ludwing von
Mises y la teoría del dinero, del crédito y de los ciclos económicos:
En 1912 publico la primera edición de su
primer libro importante de economía, La teoría del dinero y del crédito. En esta obra Mises da un gran paso adelante y
hace avanzar el subjetivismo de la Escuela Austriaca aplicándolo al campo del
dinero, fundamentando su valor en base a la teoría de la utilidad marginal. Además, Mises por primera vez soluciona el
problema, aparentemente insoluble, del razonamiento circular que hasta entonces
se pensó que existía en relación con la aplicación de la teoría de la utilidad
marginal al dinero.
El precio o
poder adquisitivo del dinero viene determinando por su oferta y demanda; la
demanda de dinero, a su vez, la efectúan los seres humanos, no basándose en la
utilidad directa que el mismo proporciona, sino en función, precisamente, de su
poder adquisitivo.
Mises
resuelve este aparente razonamiento circular mediante el teorema regresivo del
dinero. De acuerdo con este teorema, la
demanda viene determinada no por el poder adquisitivo de hoy (lo cual daría lugar
al mencionado razonamiento circular), sino por el conocimiento que se formó el
actor sobre el poder adquisitivo que el dinero tuvo ayer. A su vez, el poder adquisitivo de ayer vino
determinado por una demanda de dinero que se forma sobre la base del
conocimiento que se tenía respecto de su poder adquisitivo de anteayer; así
sucesivamente, hasta llegar a aquel momento de la historia en el que, por
primera vez, un determinado bien comenzó a tener demanda como medio de
intercambio. Se trata, en suma, del mismo proceso teórico descubierto por
Menger del surgimiento espontaneo del dinero, pero aplicado hacia atrás en el
tiempo.
Mises
desarrollo de una notabilísima teoría de los ciclos económicos, que con el
tiempo vendría a ser conocida con el nombre de “teoría austriaca del ciclo económico”.
En efecto Mises, aplicando las teorías monetarias de la Currency School a las teorías
subjetivistas del capital e interés de Böhm-Bawerk, se dio cuenta de que la concesión
expansiva de créditos sin respaldo de ahorro efectivo a que daba lugar el
sistema bancario basado en un coeficiente de reserva fraccionaria dirigido por
un banco central, no solo generaba un crecimiento cíclico y descontrolado de la
oferta monetaria, sino que también, al plasmarse en la creación de créditos a
tipos de interés artificialmente reducidos, inexorablemente daba lugar a un
alargamiento ficticio e insostenible de los procesos productivos, que tendían así
a hacerse de forma indebida excesivamente intensivos en capital. La amplificación de todo proceso
inflacionario mediante la expansión crediticia, tarde o temprano, de manera espontánea
e inexorable, habrá de revertirse, dando lugar a una crisis o recesión económica
en la que los errores de inversión se pondrán de manifiesto y surgirá el para
masivo y la necesidad de liquidar y reasignar todos los recursos erróneamente invertidos.
El desarrollo por Mises de la teoría del
Ciclo hizo que, por primera vez, se integraran plenamente los aspectos micro y
macro de la teoría económica, y que se dispusiera de un instrumental analítico capaz
de explicar los fenómenos recurrentes de auge y depresión que afectaban al
mercado intervenido. No es de extrañar, por tanto, que Mises fuera el principal
impulsor de la creación del Instituto de Coyuntura Económica, al frente del
cual estuvo como director en un primer momento F. A. Hayek, y que este
Instituto fuera el único capaz de predecir el advenimiento de la Gran depresión
de 1929, como inexorable resultado de los desmanes monetarios de los felices
años 20 que siguieron a la Primera Guerra Mundial.
El análisis
teórico sobre la imposibilidad del socialismo:
La tercera gran aportación de Mises fue su
teoría sobre la imposibilidad del socialismo. Para Mises, tal imposibilidad, desde la óptica
del subjetivismo austriaco, era algo evidente.
Si la fuente de todas las voliciones, valoraciones y conocimientos se
encuentra en la capacidad creativa del ser humano actor, todo sistema que se
base en el ejercicio de la coacción violenta contra el libre actuar humano,
como es el caso del socialismo, impedirá el surgimiento de la información necesaria
para coordinar la sociedad. Mises se dio cuenta de que el cálculo económico,
entendido como todo juico estimativo sobre el resultado de los distintos cursos
o alternativas de acción que se abren al actor, exigía disponer de una información
de primera mano y devenía imposible en un sistema como el socialista, que se
basa en la coacción e impide, en mayor o menor medida, el libre intercambio
voluntario (en el que se plasman, descubren y crean las valoraciones
individuales) y el dinero entendido como medio de intercambio comúnmente aceptado.
Por tanto, concluye Mises, allí donde no existía
libertad de mercado, precios monetarios de mercado libre y/o dinero, no es
posible que se efectué calculo económico “racional” alguno, entendiendo por
racional el cálculo efectuado disponiendo de la información necesaria (no
arbitraria) para llevarlo a cabo. Las
ideas esenciales de Mises sobre el socialismo fueron ampliadas en su gran
tratado crítico sobre este sistema social publicado en 1922.
El
socialismo de Mises fue una obra que alcanzo una extraordinaria popularidad en
la Europa Continental y que tuvo, entre otras consecuencias, el resultado de
hacer que teóricos de la talla de F. A. Hayek, inicialmente un socialista Fabiano,
Wilhelm Röpke y Lionel Robbins cambiasen de opinión a partir de entonces y se
convirtieran al liberalismo. Además,
esta obra fue el comienzo de la segunda gran polémica en la que se han visto
implicados los teóricos de la Escuela Austriaca, la polémica sobre la
imposibilidad del cálculo económico socialista.
La teoría de
la función empresarial:
La consideración
del ser humano como protagonista esencial e ineludible de todo proceso social
constituye la esencia de la cuarta aportación de Mises al campo de la Ciencia Económica.
Mises se da cuenta de que la economía,
que en un principio había surgido centrada en torno a un tipo ideal histórico en
el sentido de Max Weber, el homo economicus, gracias a la concepción
subjetivista iniciada por Menger, se generalizaba y convert5ia en toda una teoría
general de la acción humana (praxeología).
Las características esenciales de la acción humana son estudiadas con
detalle en la obra cumbre de Mises, su tratado de economía titulado,
precisamente, La Acción Humana y cuya primera versión en alemán apareció en
1940. Mises considera que toda acción tiene
un componente empresarial y especulativo, desarrollando una teoría de la función
empresarial, entendida como la capacidad del ser humano para crear y darse
cuenta de las oportunidades subjetivas de ganancia que surgen en su entorno
actuando en consecuencia para aprovecharlas.
Esta teoría de la función empresarial ha sido desarrollada en los años más
recientes por uno de los alumnos más brillantes de Mises, Israel M Kirzner.
La
capacidad empresarial del ser humano no solo explica su constante búsqueda y creación
de nueva información respecto de los fines y los medios, sino que es la clave
para entender la tendencia coordinadora que surge en el mercado de forma espontánea
y continua cuando no se le interviene.
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