sábado, 12 de agosto de 2017

Escuela Austriaca de Economía II.

GÉNESIS, ESENCIA Y EVOLUCIÓN DE LA

ESCUELA AUSTRIACA DE ECONOMÍA

Jesús Huerta de Soto
CAPITULO I. Segunda Parte

(Comentarios de Juan Carlos Luna Aguilera)


La teoría austriaca del Capital y el Interés:

    El siguiente impulso más importante desarrollado en la Escuela Austriaca después de Carl Menger se lo debemos a su más brillante alumno, Eugen von Böhm-Bawerk (1851-1914), llego a ser ministro de gobierno del Imperio Austro-Húngaro.  La obra cumbre de este defensor de la Escuela de Economía Austriaca en “Capital e Interés”.  Donde destruye todas las teorías anteriores a los orígenes del Capital y el Interés, siendo especialmente acertado en su análisis crítico de la teoría marxista de la explotación y de las teorías que consideran que el interés tiene su origen en la productividad del capital, elaborando además toda una nueva teoría sobre el surgimiento del interés basada en la realidad subjetiva de la preferencia temporal.

En efecto, dado que el ser humano, cuando actúa, en igualdad de circunstancias, pretende lograr temporalmente sus fines cuando antes, solo estará dispuesto a posponer la consecución de los mismos en el tiempo si es que con ello piensa que podrá lograr fines de más valor.  Dicho de otra forma, el individuo por lógica, en igualdad de condiciones, leyes y oportunidades, siempre deseará más lograr sus metas en el presente o al menos en el menor tiempo posible que lograrlos en el futuro.

De manera que solo estará dispuesto a posponer la consecución de sus fines en el tiempo si es que con ello piensa lograr un valor diferencial mayor que es el que, en última instancia, explica el surgimiento, como precio de mercado de los bienes presentes en función de los bienes futuros, de la tasa social de preferencia temporal o interés.

El Coste como concepto subjetivo:

     Otro teórico de la Escuela Austriaca al que a menudo se menciona es Friedrich von Wieser (1851-1926), catedrático primero en Praga y luego en Viena. Aunque debemos a Wieser algunas aportaciones de interés, entre las cuales sobresale el desarrollo de la mengeriana concepción subjetivista del coste como el valor subjetivo que el actor da a aquellos fines a los que renuncia al actuar (concepto de coste de oportunidad).

Siempre que el actor se da cuenta de que desea un cierto fin y descubre y selecciona unos determinados medios para alcanzar ese fin, simultáneamente renuncia a lograr otros fines distintos que para él ex ante tienen un valor menor, y que cree que podrían alcanzarse utilizando alternativamente estos mismos medios a su disposición. Denominamos coste al valor subjetivo que el actor da a los fines a los que renuncia cuando decide seguir y emprender un determinado curso de acción.   A Wieser debemos, no obstante, el termino de “utilidad marginal” o “fronteriza” que él utilizo por primera vez.

No podemos negar que, toda acción implica siempre una renuncia, esto debido a que para seleccionar un interés A, fue necesario hacerlo en contra de un interés B.

No existen, por tanto, costes objetivos que determinen el valor de los fines, sino que la realidad es justo la contraria: los costes como valores subjetivos se asumen (y, por tanto, vienen determinados) en función del valor subjetivo que los fines que realmente se persiguen (bienes finales de consumo) tienen para el actor. Para los economistas austriacos son los precios de los bienes finales de consumo, como plasmación en el mercado de las valoraciones subjetivas, los que determinan los costes en los que se está dispuesto a incurrir para producirlos, y no al revés.

Ludwing von Mises y la teoría del dinero, del crédito y de los ciclos económicos:

     En 1912 publico la primera edición de su primer libro importante de economía, La teoría del dinero y del crédito.  En esta obra Mises da un gran paso adelante y hace avanzar el subjetivismo de la Escuela Austriaca aplicándolo al campo del dinero, fundamentando su valor en base a la teoría de la utilidad marginal.  Además, Mises por primera vez soluciona el problema, aparentemente insoluble, del razonamiento circular que hasta entonces se pensó que existía en relación con la aplicación de la teoría de la utilidad marginal al dinero.

El precio o poder adquisitivo del dinero viene determinando por su oferta y demanda; la demanda de dinero, a su vez, la efectúan los seres humanos, no basándose en la utilidad directa que el mismo proporciona, sino en función, precisamente, de su poder adquisitivo.

Mises resuelve este aparente razonamiento circular mediante el teorema regresivo del dinero.  De acuerdo con este teorema, la demanda viene determinada no por el poder adquisitivo de hoy (lo cual daría lugar al mencionado razonamiento circular), sino por el conocimiento que se formó el actor sobre el poder adquisitivo que el dinero tuvo ayer.  A su vez, el poder adquisitivo de ayer vino determinado por una demanda de dinero que se forma sobre la base del conocimiento que se tenía respecto de su poder adquisitivo de anteayer; así sucesivamente, hasta llegar a aquel momento de la historia en el que, por primera vez, un determinado bien comenzó a tener demanda como medio de intercambio. Se trata, en suma, del mismo proceso teórico descubierto por Menger del surgimiento espontaneo del dinero, pero aplicado hacia atrás en el tiempo.   

Mises desarrollo de una notabilísima teoría de los ciclos económicos, que con el tiempo vendría a ser conocida con el nombre de “teoría austriaca del ciclo económico”. En efecto Mises, aplicando las teorías monetarias de la Currency School a las teorías subjetivistas del capital e interés de Böhm-Bawerk, se dio cuenta de que la concesión expansiva de créditos sin respaldo de ahorro efectivo a que daba lugar el sistema bancario basado en un coeficiente de reserva fraccionaria dirigido por un banco central, no solo generaba un crecimiento cíclico y descontrolado de la oferta monetaria, sino que también, al plasmarse en la creación de créditos a tipos de interés artificialmente reducidos, inexorablemente daba lugar a un alargamiento ficticio e insostenible de los procesos productivos, que tendían así a hacerse de forma indebida excesivamente intensivos en capital.   La amplificación de todo proceso inflacionario mediante la expansión crediticia, tarde o temprano, de manera espontánea e inexorable, habrá de revertirse, dando lugar a una crisis o recesión económica en la que los errores de inversión se pondrán de manifiesto y surgirá el para masivo y la necesidad de liquidar y reasignar todos los recursos erróneamente invertidos.   El desarrollo por Mises de la teoría del Ciclo hizo que, por primera vez, se integraran plenamente los aspectos micro y macro de la teoría económica, y que se dispusiera de un instrumental analítico capaz de explicar los fenómenos recurrentes de auge y depresión que afectaban al mercado intervenido. No es de extrañar, por tanto, que Mises fuera el principal impulsor de la creación del Instituto de Coyuntura Económica, al frente del cual estuvo como director en un primer momento F. A. Hayek, y que este Instituto fuera el único capaz de predecir el advenimiento de la Gran depresión de 1929, como inexorable resultado de los desmanes monetarios de los felices años 20 que siguieron a la Primera Guerra Mundial.

El análisis teórico sobre la imposibilidad del socialismo:

     La tercera gran aportación de Mises fue su teoría sobre la imposibilidad del socialismo.  Para Mises, tal imposibilidad, desde la óptica del subjetivismo austriaco, era algo evidente.  Si la fuente de todas las voliciones, valoraciones y conocimientos se encuentra en la capacidad creativa del ser humano actor, todo sistema que se base en el ejercicio de la coacción violenta contra el libre actuar humano, como es el caso del socialismo, impedirá el surgimiento de la información necesaria para coordinar la sociedad. Mises se dio cuenta de que el cálculo económico, entendido como todo juico estimativo sobre el resultado de los distintos cursos o alternativas de acción que se abren al actor, exigía disponer de una información de primera mano y devenía imposible en un sistema como el socialista, que se basa en la coacción e impide, en mayor o menor medida, el libre intercambio voluntario (en el que se plasman, descubren y crean las valoraciones individuales) y el dinero entendido como medio de intercambio comúnmente aceptado.   Por tanto, concluye Mises, allí donde no existía libertad de mercado, precios monetarios de mercado libre y/o dinero, no es posible que se efectué calculo económico “racional” alguno, entendiendo por racional el cálculo efectuado disponiendo de la información necesaria (no arbitraria) para llevarlo a cabo.  Las ideas esenciales de Mises sobre el socialismo fueron ampliadas en su gran tratado crítico sobre este sistema social publicado en 1922.

El socialismo de Mises fue una obra que alcanzo una extraordinaria popularidad en la Europa Continental y que tuvo, entre otras consecuencias, el resultado de hacer que teóricos de la talla de F. A. Hayek, inicialmente un socialista Fabiano, Wilhelm Röpke y Lionel Robbins cambiasen de opinión a partir de entonces y se convirtieran al liberalismo.   Además, esta obra fue el comienzo de la segunda gran polémica en la que se han visto implicados los teóricos de la Escuela Austriaca, la polémica sobre la imposibilidad del cálculo económico socialista.

La teoría de la función empresarial:

La consideración del ser humano como protagonista esencial e ineludible de todo proceso social constituye la esencia de la cuarta aportación de Mises al campo de la Ciencia Económica.   Mises se da cuenta de que la economía, que en un principio había surgido centrada en torno a un tipo ideal histórico en el sentido de Max Weber, el homo economicus, gracias a la concepción subjetivista iniciada por Menger, se generalizaba y convert5ia en toda una teoría general de la acción humana (praxeología).  Las características esenciales de la acción humana son estudiadas con detalle en la obra cumbre de Mises, su tratado de economía titulado, precisamente, La Acción Humana y cuya primera versión en alemán apareció en 1940.  Mises considera que toda acción tiene un componente empresarial y especulativo, desarrollando una teoría de la función empresarial, entendida como la capacidad del ser humano para crear y darse cuenta de las oportunidades subjetivas de ganancia que surgen en su entorno actuando en consecuencia para aprovecharlas.  Esta teoría de la función empresarial ha sido desarrollada en los años más recientes por uno de los alumnos más brillantes de Mises, Israel M Kirzner.


La capacidad empresarial del ser humano no solo explica su constante búsqueda y creación de nueva información respecto de los fines y los medios, sino que es la clave para entender la tendencia coordinadora que surge en el mercado de forma espontánea y continua cuando no se le interviene. 

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