LA ACCIÓN HUMANA
INTRODUCCIÓN SEGUNDA PARTE
Jesús Huerta de Soto
(Comentarios de Juan Carlos Luna Aguilera)
Ludwig von
Mises y la teoría del dinero, del crédito y de los ciclos económicos:
Esta primera aportación seminal de Mises
en el ámbito monetario supuso un gran paso adelante e hizo avanzar el
subjetivismo de la Escuela Austriaca aplicándolo al campo del dinero y
fundamentando su valor sobre la base de la teoría de la utilidad marginal.
Mises
soluciono, por primera vez, el problema, aparentemente insoluble, de
razonamiento circular que hasta entonces se pensó que existía en relación con
la aplicación de la teoría de la utilidad marginal al dinero.
En efecto,
el precio o poder adquisitivo del dinero viene determinado por su oferta y demanda;
la demande de dinero, a su vez, la efectúan los seres humanos, no basándose en
la utilidad directa que el dinero proporciona, sino en función, precisamente,
de su poder adquisitivo. Mises resolvió
este aparente razonamiento circular mediante su teorema regresivo del dinero,
que con detalle analizo y explico así: “De acuerdo con este teorema, la demanda
de dinero viene determinada no por el poder adquisitivo de hoy, sino por el
conocimiento que se forma el actor basándose en su experiencia sobre el poder
adquisitivo que el dinero tuvo ayer. A su vez, el poder adquisitivo de ayer
vino determinado por una demande de dinero que se formó sobre la base del
conocimiento que se tenía respecto a su poder adquisitivo de ante-ayer”. Esto
quiere decir que, la demanda de dinero viene en relación a su demanda histórica,
ósea en base a lo que se esperó en el pasado.
Con el
tiempo este teorema dio origen a lo que se conoció como: “La teoría austriaca del ciclo económico”. En
efecto, Mises, aplicando las teorías monetaris de la Currency School a las teorías
subjetivistas del capital e interés de Böhm-Baerk, se dio cuenta de que la creación
expansiva de créditos sin respaldo de ahorro efectivo (medios fiduciarios) a
que da lugar el sistema bancario basado en un coeficiente de reserva
fraccionaria dirigido por un banco central, no solo genera un crecimiento
cíclico y descontrolado de la oferta monetaria, sino que también, al plasmarse
en la creación ex nihilo de créditos a tipos de interés artificialmente
reducidos, inevitablemente provoca un alargamiento ficticio e insostenible de
los procesos productivos, que tienden así a hacerse de forma indebida
excesivamente intensivos en capital. La amplificación
de todo proceso inflacionario mediante la expansión crediticia, tarde o
temprano de manera espontánea e inexorable, habrá de revertirse, dando lugar
primero a una crisis financiera y después a una recesión económica en la que
los errores inducidos en la inversión se pondrán de manifiesto y surgirán el
paro masivo y la necesidad de liquidar y reasignar todos los recursos erróneamente
invertidos.
Por ello no
es de extrañar, que Mises fuera el principal impulsor de la creación del
Instituto Austriaco de Coyuntura Económica, al frente del cual coloco como
Director en un primer momento a F.A. Hayek (premio Nobel de Economía 1974), y
que este Instituto fuera el único capaz de predecir el advenimiento de la Gran Depresión
de 1929, como inexorable resultado de los desmanes monetarios y crediticios de
los “felices” años veinte del siglo pasado que siguieron a la Primera Guerra
Mundial.
La teoría
austriaca de la crisis no es sino una aplicación particular de los efectos
descoordinadores que la coacción sistemática de los gobiernos tiene en los
campos fiscal, crediticio y monetario tiene (intra e intertemporalmente) sobre
la estructura productiva.
La radical separación
entre los aspectos micro y macro de la Ciencia Económica es otra de las
insuficiencias características de los modernos libros de texto y manuales
introductorios de Economía Política, que en vez de proporcionar un tratamiento
unitario de los problemas económicos como hace Mises, siempre presetnan la
Ciencia Económica dividida en dos disciplinas distintas (la micho y la macroeconomía)
que carecen de conexión entre si y que, por tanto, pueden estudiarse separadamente.
Como bien indica Mises, esta separación tiene su origen en la utilización de
conceptos que, como el de nivel general de precios, ignoran la aplicación de la
teoría subjetiva del valor al dinero y siguen anclados en la etapa precientífica
de la economía en la que el análisis aún se intentaba efectuar en términos de
clases globales o agregados de bienes, más que en términos de unidades
incrementales o marginales de los mismos.
El análisis
misiano sobre la imposibilidad del socialismo:
Mises aporta la teoría de la imposibilidad
del socialismo, si la fuente de todas las violaciones, valoraciones y
conocimientos se encuentra en la capacidad creativa del ser humano actor, todo
sistema que se base en el ejercicio de la coacción violenta contra el libre
actuar humano, como es el caso del socialismo y, en menor medida, del
intervencionismo, impedirá el surgimiento en la mente de los actores individuales
de la información que es necesaria para coordinar la sociedad.
Mises
observo que, el cálculo económico, entendió como todo juicio estimativo sobre
el valor del resultado de los distintos cursos alternativos de acción que se
abren al actor, exige disponer de una información de primera mano y deviene
imposible en un sistema que, como el socialista, se basa en la coacción e
impide, en mayor o menor medida, el intercambio voluntario (en el que se
plasman, descubren y crean las valoraciones individuales) y la libre utilización
del dinero entendido como medio de intercambio voluntario comúnmente aceptado.
La falacia
de un orden racional en la gestión económica es posible dentro de una sociedad
basada en la propiedad pública de los medios de producción tiene su origen en
la errónea teoría del valor formulada por los economistas clásicos, así como en
la tenaz incapacidad de muchos economistas modernos para captar el teorema
fundamental de la teoría subjetiva y comprender hasta las últimas consecuencias
que del mismo se derivan. La verdad es
que solo los errores de estas escuelas hacían que las ideas socialistas
prosperaran.
Por tanto,
concluye Mises, allí donde no exista libertad de mercado, precios monetarios de
mercado libre y dinero, no es posible que se efectué el cálculo económico “racional”
alguno, en tendiendo por “racional” el cálculo efectuado disponiendo de la información
necesaria (no arbitraria) para llevarlo a cabo.
Mises
escribe su libro El Socialismo en 1922, fue una obra que alcanzo una
extraordinaria popularidad en la Europa continental y que tuvo, entre otras
consecuencias, el resultado de hacer que teóricos de la talla de Friedirch A.
Hayek, inicialmente un socialista Fabiano, Wilhem Röpke y Lionel Robbins
cambiasen de opinión después de su lectura y se convirtieran al liberalismo. Este libro dio inicio a una de las polémicas
en las que se han visto implicados los teóricos de la Escuela Austriaca, La
imposibilidad del cálculo económico socialista.
Debemos de
mencionar que el mismo Mises, reconoce que cuando entro en la universidad era ideológicamente
muy estatista y que solo paulatinamente sus estudios de Economía Política le hicieron
cambiar de opinión.
Existen
otras tres polémicas originadas por la escuela austriaca: la que mantuvo
Mengeer con la escuela historicista alemana en el siglo XIX; en segundo lugar
la polémica sobre el concepto de Capital y la teoría del interés que
mantuvieron Böhn-Bawerk con J.B. Clark en un primer momento y Mises, Hayek y
Machlup con Frank H. Knight y la Escuela de Chicago después, y la tercera es la
conocida controversia mantenida por Hayek contra Keynes a lo largo de los años
30. La evolución de los acontecimientos históricos
(caída del socialismo real) y del pensamiento económico (crisis de la ingeniería
social y de la economía keynesiana) están evidenciando como los teóricos austriacos
llevaron la razón en estas cuatro controversias doctrinales.
Teoría de
la función empresarial:
La consideración del ser humano como
protagonista ineludible de todo proceso social constituye la esencia de la
cuarta aportación de mises al campo de la Ciencia Económica. En efecto, Mises
se da cuenta de que la Economía, que en un principio había surgido centrada en torno
a un tipo ideal histórico en el sentido de Max Weber, el homo economicus,
gracias a la concepción subjetivista de Menger, se generaliza y convierte en toda
una teoría general sobre la acción e interacción humana, ósea la praxeología en
términos de Mises.
Mises
considera que toda acción tiene un componente empresarial y especulativo,
desarrollando una teoría de la función empresarial, entendida como la capacidad
del ser humano para crear y darse cuenta de las oportunidades subjetivas de
ganancia o beneficio que surgen en su entorno, actuando en consecuencia para
aprovecharlas.
Mises
manifiesta de manera expresa que el elemento esencial de la función empresarial
radica en su capacidad creativa (Solo es creadora la mente humana que dirige la
acción y la producción).
Mises
manifiesta que, para triunfar en el mundo de los negocios no se precisa título académico
alguno. Las escuelas y facultades preparan a gente subalterna para desempeñar
funciones rutinarias, pero no producen empresarios; no se puede enseñar a ser
empresario. El hombre se hace empresario sabiendo aprovechar oportunidades y llenando
vacíos.
La
capacidad empresarial del ser humano no solo explica su constante búsqueda y creación
de nueva información respecto de los fines y los medios, sino que además es la
clave para entender la tendencia coordinadora que surge en el mercado de forma espontánea
y continua cuando no se le interviene de manera coactiva.
Mises es
sumamente enfático en afirmar que la economía es una ciencia que trata sobre
medios y no sobre fines.
Es esta
capacidad coordinadora de la función empresarial la que, precisamente, hace
posible la elaboración de un corpus lógico de teoría economía sin necesidad de
incurrir, como veremos en el apartado siguiente, en los vicios del análisis cientista
(matemático y estadístico).
No hay comentarios:
Publicar un comentario