miércoles, 30 de septiembre de 2015

DOCUMENTO 2 Proceso Económico I

DE LA DISTRIBUCIÓN DE EMPRESARIOS, PROFESIONES Y TIERRAS

     En El mundo real la asignación de ocupaciones se puede observar en todos los campos.  Como ejemplo, un empresario de éxito contaba que el conocía a un amigo, aun de más éxito, que sin duda podría manejar mejor el negocio que el manejaba porque tenía ventaja en capacidad gerencial y que, sin embargo, no lo había desplazado.

Resultaban así ambos dedicando su esfuerzo y conocimientos donde su aporte al producto social era mayor, resulta que el más apto se dedica aquello donde su ventaja es mayor y prescinde de trabajar en aquello donde su ventaja es menor.

Es así que el cirujano no compite con la enfermera a pesar de que indudablemente podrá hacer le trabajo de enfermería mejor, porque tiene una ventaja muchísimo mayor y valiosa para la sociedad en hacer cirugía.  De manera que decide abstenerse de trabajar donde su ventaja es menor, en enfermería.
Todos ganan, pues la sociedad entera podrá obtener mayor cantidad y calidad de servicios médicos, gracias a esa división del trabajo.

También la Ley de Asociación no explica como en forma gradual y lenta la propiedad de la tierra tiende a llegar a manos de quienes dirigiendo su uso aumentan el producto social.

LA ESTRUCTURA DEL MERCADO

     La división del trabajo no sucedería sin la oportunidad de intercambiar lo producido.  El sastre produce pantalones, no porque necesite tantos pantalones, sino para conseguir los alimentos de sus hijos.  Su manera de producir pan es, no haciéndolo, sino haciendo más pantalones.  Y quien siembra las verduras no hace sus pantalones, sino que siembra verduras para tener pantalones.

Nadie produce “excedentes”.  Todo lo que se produce es con el objeto de intercambiarlo por lo que en última instancia se desea.  La esencia es la fluidez y dinámica de los mercados.

Todos somos dueños de recursos, todos somos consumidores, y todos tenemos algo de empresarios.  La influencia de nuestros actos en el mercado dependerá de la función que en ese momento desempeñamos:
Como dueños de recursos competimos vendiéndolos, pues si los empresarios los adquieren de otros ya no lograremos obtener algo a cambio de nuestros recursos.  Consecuentemente, en nuestro intento de venderlos, pujamos para abajo los precios de los recursos.

Como empresarios necesitamos adquirir los recursos para convertirlos en productos para el consumo y, en nuestro afán de comprarlos, pujamos para arriba los precios de los recursos, porque si otros empresarios los obtienen nos quedamos desprovistos.  En nuestro afán de vender pujamos para abajo los precios de los productos, compitiendo con otros empresarios para satisfacer a los consumidores.

Como consumidores acudimos al mercado para obtener los medios de satisfacer las necesidades las de nuestra familia, y en ese afán estamos buscando siempre los mejores precios.

Toda la coordinación que se realiza dentro de un mercado es determinada por el sistema de precios.
Cuando el derecho de propiedad está asegurado por la ley y por la gestión del gobierno, es a través del fenómeno de mercado que se seleccionan esos dirigentes.

El único que puede despedir al empresario es el cliente.  Los empresarios actuaran por el incentivo de mejorar su propia condición, pero como solamente podrán tener éxito satisfaciendo deseos ajenos, de acuerdo con criterios ajenos, entra en juego el mecanismo de la ley de ventaja comparativa.


LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA

     El estado natural del hombre es la pobreza. La riqueza es artificial, la riqueza es el resultado de la aplicación del trabajo e ingenio del hombre en cooperación social.  Muchos son los ejemplos de empobrecimiento de sociedades enteras, como los países que adoptaron el Socialismo en el siglo XX.

LA TENENCIA DE LA RIQUEZA

     La forma en que está dividida la tenencia de riqueza (en un momento dado, pues cada momento cambia), generalmente se estudia dividiendo la población entre cinco grupos de acuerdo a sus ingresos.  Tenemos así el quintil más rico, el más pobre, y tres quintiles en medio.

La división en quintiles, si bien es útil para estudios demográficos relacionados con la tenencia de la riqueza, siempre es relativa, pues siempre se podrá dividir una sociedad en quintiles, no importa si se trata de una sociedad muy rica o muy pobre. 

La representación grafica piramidal de la distribución de la riqueza siempre será irregular (trapezoidal) en tanto no sean todos los ingresos exactamente iguales, pues siempre habrá una minoría de personas con ingresos menores que el promedio y otra con ingresos mayores.  Adentro de esa pirámide no hay estratos fijos, pues unas personas van para arriba y otras para abajo.

La riqueza no es una cantidad fija.  Solo tenemos que observar a nuestro alrededor, para notar que la riqueza se crea día a día, y siempre hay más.  No solamente el total es mayor, sino con el tiempo todos tienen más.  El pastel es más grande y a cada uno, además, le toca mayor tajada.

Obviamente esos aumentos de toda una población no podrían ser generales si la actividad económica de la sociedad fuese un “juego de suma cero”, en el cual lo que unos ganan es lo que otros pierden.  Como hemos visto el aumento de la riqueza es el resultado del enriquecimiento mutuo.

A medida que el liberalismo del renacimiento fue rompiendo las estructuras clasistas rígidas, se comenzó a dar cada vez mayor movilidad entre niveles de ingreso, y actualmente el proceso es muy dinámico.

En una sociedad basada en el respeto al derecho de propiedad -una sociedad de mercado-  la distribución de la riqueza ocurre encontramos muchos que están fuera del control de la persona.  El principal factor es el desempeño propio de la persona, el cual si esta bajo su control y su responsabilidad, pero también inciden otros factores, como la suerte, la gente que conoce, las circunstancias del nacimiento, las dotes personales, el país donde vive, el estado de progreso de época o lugar y muchos más.  

La suerte juega un papel importante, pues las oportunidades se dan en forma circunstancial y en ocasiones imprevistas, y otras cuyo aprovechamiento ya dependerá del talento y audacia de cada quien.


Cuando la sociedad se hace más compleja es fácil perder de vista que lo fundamental sigue siendo válido: que la gente tiene lo que produce, o lo que puede obtener a cambio de lo que produce. 

martes, 29 de septiembre de 2015

Lectura Complementaria. Adam Smith. Proceso Económico I.


Adam Smith (1787)




“No es nuestro propósito, de momento, investigar si esta propensión es uno de esos principios innatos en la naturaleza humana, de los que no puede darse una explicación ulterior, o si, como parece más probable, es la consecuencia de las facultades discursivas y del lenguaje.  Es común a todos los hombres y no se encuentra en otras especies de animales, que desconocen esta y otra clase de avenencias.  Cuando dos galgos corren una liebre, parece que obran de consumo.  Cada uno de ellos parece que la echa a su compañero o la intercepta cuando el otro la dirige hacia él: mas esto, naturalmente, no es la consecuencia de ningún convenio, sino el resultado accidental y simultáneo de sus instintos coincidentes en el mismo objeto.

Nadie ha visto todavía que los perros cambien de una manera deliberada y equitativa un hueso por otro.  Nadie ha visto tampoco que un animal dé a entender a otro, con sus ademanes o expresiones guturales, esto es mío, o tuyo, o estoy dispuesto a cambiarlo por aquello.  Cuando un animal sedea obtener cualquier cosa del hombre o de un irracional no tiene otro medio de persuasión sino el halago.  El cachorro acaricia a la madre y el perro procura con mil zalamerías atraer la atención del dueño, cuando este se sienta a comer, para conseguir que le dé algo.  El hombre utiliza las mismas artes con sus semejantes, y cuando no encuentra otro modo de hacerlo actuar conforme a sus intenciones, procura granjearse su voluntad procediendo en forma servil y lisonjera.  Mas no en todo momento se le ofrece ocasión de actuar así.  En una sociedad civilizada necesita a cada instante la cooperación y asistencia de la multitud, en tanto que su vida entera apenas le basta para conquistar la amistad de contadas personas.

En casi todas las otras especies zoológicas el individuo, cuando ha alcanzado la madurez, conquista la independencia y no necesita el concurso de otro ser viviente.  Pero el hombre reclama en la mayor parte de las circunstancias la ayuda de sus semejantes y en vano puede esperarla solo de su benevolencia.  La conseguirá con mayor seguridad interesando en su favor el egoísmo de los otros y haciéndoles ver que es ventajoso para ellos hacer lo que se les pide.

Quien propone a otro un trato le está haciendo una de esas proposiciones. Dame lo que necesito y tendrás lo que deseas, es el sentido de cualquier clase de oferta.  Y así obtenemos de los demás la mayor parte de los servicios que necesitamos.  No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero la que nos procura el alimento, sino la consideración de su propio interés.  No invocamos sus sentimientos humanitarios sino su egoísmo; ni les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas.  Solo el mendigo depende principalmente de la benevolencia de sus conciudadanos; pero no en absoluto.  Es cierto que la caridad de gentes bien dispuestas le suministra la subsistencia completa; pero, aunque esta condición altruista le procure todo lo necesario, la caridad no satisface sus deseos en la medida en que la necesidad se presenta: la mayor parte de sus necesidades eventuales se remedian de la misma manera que las otras personas, por trato, cambio o compra.

Con el dinero que recibe compra comida, cambia la ropa vieja que se le da para otros vestidos viejos también, pero no le vienen mejor, o los entrega a cambio de albergue, alimentos o moneda, cuando así lo necesita.  De la misma manera que recibimos la mayor parte de los servicios mutuos que necesitamos, por convenio, trueque o compra, es esa misma inclinación ala permuta la causa originaria de la división del trabajo.

Párrafo tomado del libro. El Proceso Económico
Dr. Manuel Ayúa Cordón.
Párrafo reproduce de Lectures, P. 16g. Está basado en

Mandeville, Fable of the Bees, pt II (1729), VI pp. 421-422.

domingo, 27 de septiembre de 2015

CAPITULO 3. LOS FUNDAMENTOS DE LA LIBERTA. F.A. HAYEK

LOS FUNDAMENTOS DE LA LIBERTAD

Friedrich A. Hayek

PRIMERA PARTE

EL VALOR DE LA LIBERTAD




Capitulo 3. Progreso y sentido común.



1.      Progreso y sentido común.

      Hoy la mayor parte del mundo tiene sus esperanzas puestas en el continuo progreso, es común plantease entre los intelectuales si existe tal cosa o al menos si el progreso es deseable.

En un sentido, la civilización es progreso y el progreso es civilización. La conservación de la clase de civilización que conocemos depende de la actuación de fuerzas que en condiciones favorables provocan progreso.

La historia de la civilización es el relato del progreso,  la civilización comenzó, cuando el hombre se dedico a la vida ciudadana.  Todas las consabidas quejas contra la industrialización, el capitalismo o el elevado refinamiento son principalmente protestas contra una nueva forma de vida que el hombre emprendió poco tiempo ha, después de más de medio millón de años de existencia como cazador errante, y que creó problemas que todavía no ha resuelto.

2.      Progreso y mejora.

     La evolución social no puede denominarse progreso, dado que no se logra por la razón humana esforzándose por medios conocidos hacia un objetivo fijo.  Sería más correcto pensar en el progreso como un proceso de formación y modificación del intelecto humano; un proceso de adaptación y aprendizaje. El progreso consiste en el descubrimiento de lo que todavía no es conocido, sus consecuencias deben ser impredecibles.  La razón humana no puede predecir ni dar forma a su propio futuro.  Sus progresos consisten en encontrar donde estaba el error.

Las teorías del progreso estas, pues, diferenciadas en dos distintos tipos, correspondientes a dos tipos políticos radicalmente opuestos y que ejercen su atracción sobre temperamentos antagónicos.  Uno de los tipos lo constituyen los idealistas y socialistas constructivistas, que pueden nombrar todas las calles y torres de la “ciudad dorada”,  que imaginan como si estuviese situada justamente al otro lado del promontorio.  El desarrollo del hombre es un circuito cerrado, sus fases se conocen y están al alcance.   El otro tipo lo integran aquellos que, a la vista de la gradual ascensión del hombre, creen que por la misma interrelación de fuerzas que le han conducido tan lejos y mediante un posterior desarrollo de la libertad, para cuya obtención ha luchado, se moverá lentamente hacia condiciones de creciente armonía y felicidad.  Aquí el proceso de desarrollo es indefinido; sus etapas son desconocidas y se sitúan en el remoto futuro.  La libertad individual dual es la fuerza motriz y su correspondiente teoría política es el liberalismo.

El intento de hacer que la ciencia apunte deliberadamente al conocimiento útil o, lo que es lo mismo, al conocimiento cuya utilización futura puede preverse, es lo mismo que impedir el progreso.  El progreso, por su propia naturaleza, no admite planificación.   

También a menudo el conocer más nos hace más tristes.  Aunque el progreso consiste en lograr cosas por las que hemos estado esforzándonos, ello no significa que a todos les agraden los resultados o que todos resulten gananciosos.  El progreso, es un término que dice poco acerca de si la nueva situación nos dará más satisfacción que la vieja.

La inteligencia humana no se prueba a si misma mediante los frutos de los sucesos pasados, sino con los del presente y con los del futuro.  En una sociedad estacionaria, el número de los que progresan equivaldría aproximadamente al de los que retroceden.

Una de las realidades más características de la sociedad progresiva es que la mayoría de las cosas que los individuos se esfuerzan por obtener tan solo pueden conseguirse a través de mayores adelantos. Las nuevas posibilidades llegan a ser posesión común solo a través de ese lento proceso en cuya virtud los logros de los pocos se hacen obtenibles para los muchos.   Tienen que pasar a través de un dilatado proceso de adaptación, combinación y mejoramiento antes de que se puedan utilizar por completo.  Esto significa que siempre existirán gentes que se beneficien de las nuevas conquistas con antelación al resto de los mortales.

3.      Progreso y desigualdad

     El rápido progreso económico con que contamos parece ser en gran medida el resultado de la aludida desigualdad y resultaría imposible sin ella.   La elevación de nuestro nivel de vida al menos se debe en gran parte a un incremento del conocimiento que facilita no solamente el mero consumo de mayores cantidades de las mismas cosas, sino la utilización de cosas diferentes y otras que a menudo no cocinamos antes.

El desarrollo del conocimiento goza de tan especial importancia porque, mientras que los recursos materiales permanecen escasos y han de reservarse para propósitos limitados, los usos del nuevo conocimiento (donde no se reduzcan artificialmente mediante patentes de monopolio) carecen de límites. A través de este libre uso del conocimiento, adquirido por la experiencia de algunos de los miembros de la sociedad, se hace posible el progreso general.  Los logros de aquellos que han marchado a la cabeza facilitan el avance de los que les siguen.  “Los lujos de hoy son las necesidades del mañana”.

Si hoy en día los países más ricos pueden suministrar en gran medida bienes y servicios, cuya gran mayoría no hace mucho tiempo era físicamente imposible producir en tal cantidad, es consecuencia directa de que primeramente tales bienes y servicios fueron puestos a disposición de unos pocos primero.

El camino al progreso se facilita grandemente por el hecho de que otros lo hayan recorrido antes. Muchas de las mejoras no hubieran llegado ciertamente a constituir una posibilidad para todos sin haber sido obtenidas antes por algunos.

4.      Experiencias respecto al modo de vivir

     En una sociedad progresiva, tal y como la conocemos hoy, los comparativamente ricos se hallan a la cabeza del reto en lo tocante a las ventajas materiales de que disfrutan, viven ya dentro de una fase de evolución que los otros no han alcanzado todavía.  Para que una sociedad continúe progresando es ineludible que algunos dirijan y sean seguidos por el resto.

No hay forma de hacer generalmente accesibles las nuevas y todavía costosas formas de vida, excepto mediante el sistema del ensayo o prueba inicial por algunos.  En definitiva, para que una sociedad planificada lograse el mismo índice de progreso que una sociedad libre, el grado de desigualdad prevalente no sería muy distinto.

No es posible calcular el grado de desigualdad deseable en una sociedad libre. Al fin y al cabo, la existencia de grupos que se mantienen a la cabeza de los restantes es una ventaja para los que van detrás, de la misma forma que a todos nos aprovecharía grandemente el hecho de que pronto pudiéramos procurarnos el más avanzado conocimiento obtenido bajo mas favorables condiciones por otros seres en un continente anteriormente desconoció o en otro planeta.

5.      Aspectos internacionales.
    
     Es difícil discutir desapasionadamente el problema de la igualdad cuando afecta a los miembros de nuestra propia comunidad.   

La circunstancia de que los pueblos occidentales dispongan de más riqueza que los demás tan solo en parte es debida a una mayor acumulación de capital.  La razón se ha dado principalmente a la utilización más efectiva del conocimiento.

Los pueblos occidentales no solo son más ricos porque están más adelantados en conocimientos tecnológicos, sino que poseen conocimientos tecnológicos más adelantados porque son más ricos.

En relación con lo anterior, merece la pena recordar que las clases económicamente más avanzadas son las que hacen factible que un país tome la delantera en el progreso mundial.

6.      Redistribución y velocidad del progreso.

     Desde luego, aquella sociedad que permita tan solo el encumbramiento de los privilegiados políticos o en la que quienes primeramente se encumbraron, tras obtener el poder, lo utilicen para mantener sojuzgados al resto de las gentes, no es mejor que la sociedad igualitaria.  La resistencia opuesta a la mejora de algunos constituye a la larga un obstáculo para la prosperidad de todos y no daña menos al verdadero interés de la masa, por mucho que satisfaga las momentáneas pasiones de esta.

7.      Progreso material y restantes valores.

     Con respecto a los más avanzados países de Occidente, a veces se arguye que el progreso es demasiado rápido o exclusivamente material. Probablemente estos dos aspectos están relacionados íntimamente.  Las épocas de muy rápido progreso material raramente han sido periodos de gran florecimiento en las artes.   Quizá sea natural que tras los periodos de rápido incremento de la riqueza tenga lugar un movimiento hacia lo inmaterial, o que cuando la actividad económica ya no ofrece la fascinación del rápido progreso, algunos de los hombres mejor dotados se vuelvan hacia la consecución de otros valores.

Para algunos este progreso constituye una completa tragedia, y para cuantos preferirían vivir de los frutos del pasado sin tomar parte en la futura carrera, el progreso entraña una maldición más bien que una bendición.

Si abandonamos el progreso, tendremos que prescindir de todas esas mejoras sociales en las que hoy tenemos nuestras esperanzas.  Todos los anhelos adelantados en materia de educación y de sanidad, así como la realización de nuestros deseos de que al menos gran parte de los pueblos alcance los objetivos por los que luchan, dependen de la continuación del progreso.  Únicamente hemos de tener siempre presente que suprimir el progreso de la cabeza significaría impedir pronto el de todos los miembros, percatándose así de que realmente es lo único que no debemos querer.

8.      Civilización y progreso continuo.

     Aunque superficialmente pudiera parecer que en la actualidad compiten dos tipos de civilización buscando el favor de los pueblos del mundo, las promesas que ambas ofrecen a las masas, las ventajas que airean, son esencialmente idénticas.  Y aunque tanto los países libres los totalitarios pretenden que sus respectivos métodos satisfarán más rápidamente las apetencias de la gente, el objetivo en si les parece el mismo.  La principal diferencia estriba en que solo los totalitarios saben claramente como quieren lograr esos resultados, mientras que el mundo libre puede mostrar únicamente sus logros pasados, dado que, por su misma naturaleza, es incapaz de ofrecer cualquier plan de tallado para ulterior desarrollo.

Creen, tan firme y tan equivocadamente como lo pobres de cualquier país, que sus objetivos pueden lograrse mediante una redistribución de la riqueza.  Las enseñanzas de Occidente le han confirmado en esta creencia, y a medida que su vigor aumente serán capaces de obtener por la fuerza tal redistribución si el incremento de riqueza que provoca el progreso no es lo bastante rápido.

Las aspiraciones de la gran masa de población del mundo solo pueden satisfacerse mediante un rápido progreso material. De ahí que no solo seamos criaturas del progreso, sino también sus cautivos. 

SEGUNDA ENTREGA, CAPITULO 2. LA ACCION HUMANA. L.V. MISES.






4.  El principio del individualismo metodológico

     La praxeología se interesa por la actuación del hombre individual. Solo mas tarde, al progresar la investigación, se enfrenta con la cooperación humana, siendo analizada la actuación social como un caso especial de la más universal categoría de la acción humana como tal.

Este individualismo metodológico ha sido atacado duramente por diversas escuelas metafísicas y rechazado como falacia nominalista.  El propio concepto de individuo, se afirma, no es más que una vacía abstracción.  El hombre aparece siempre como miembro de un conjunto social.  Es imposible incluso imaginar la existencia de un individuo aislado del resto de la humanidad y desconectado de todo lazo social.  El hombre aparece invariablemente como miembro de una colectividad.  Por tanto, siendo así que el conjunto, lógica y cronológicamente, es anterior a sus miembros o partes integrantes, el examen de la sociedad ha de preceder al del individuo.  El único medio fecundo para abordar científicamente los problemas humanos es el recomendado por el universalismo o colectivismo.

Conviene advertir que la acción es siempre obra de seres individuales.  Los entes colectivos operan, ineludiblemente, por mediación de uno o varios individuos, cuyas actuaciones se atribuyen a la colectividad de modo mediato.

Si llegamos a conocer la esencia de las múltiples acciones individuales, por fuerza habremos aprehendido todo lo relativo a la actuación de las colectividades. Porque una colectividad carece de existencia y realidad propia, independiente de las acciones de sus miembros.

No es ni siquiera concebible un ente social que pudiera operar sin mediación individual.  Por tanto, el único camino que conduce al conocimiento de los entes colectivos parte del análisis de la actuación del individuo.  La sociedad no tiene más base que la propia actuación individual.

Solo gracias a las acciones de ciertos individuos resulta posible apreciar la existencia de naciones, estados, iglesias y aun de la cooperación social bajo el signo, de la división del trabajo.  No supone ello afirmar que el individuo antecede temporalmente a la sociedad.  Simplemente supone proclamar que la colectividad la integran concretas actuaciones individuales.

Es ilusorio creer que es posible contemplar los entes colectivos. No son estos nunca visibles; su percepción es el resultado de saber interpretar el sentido que los hombres en acción atribuyen a sus actos.
No son nuestros sentidos, sino la percepción, es decir, un proceso mental, lo que nos permite la existencia de entidades sociales.

Los problemas que suscita esa multiplicidad de entidades sociales coexistente y su muto antagonismo solo pueden resolverse mediante el individualismo metodológico.

Individualismo metodológico: Es un método ampliamente utilizado en las ciencias sociales, sostiene que todos los fenómenos sociales, son en principio explicables por elementos individuales, es decir las propiedades de los individuos, como pueden ser sus metas, sus creencias y sus acciones.  Sus defensores lo ven como una filosofía-método destinada a la explicación y comprensión amplia de la evolución de la sociedad como el agregado de las decisiones de los particulares.  El individualismo metodológico niega que una colectividad sea un organismo autónomo que toma decisiones, y exige que las ciencias sociales fundamenten sus teorías en la acción individual.  Esta ida también ha sido utilizado para atacar, entre otras ideas a el historicismo, el funcionalismo estructuralista, el sicologismo o creencia en las funciones de la clase social, los roles de género o etnia como factores determinantes del comportamiento individual.

El Yo y el Nosotros

El Ego es la unidad del ser actuante.  Es un dato incuestionable, cuya realidad no cabe desvirtuar mediante argumentos ni sofismas.

El nosotros es siempre fruto de una agrupación que une a dos o más Egos.  Si alguien dice Yo, no se precisa mayor ilustración para percibir el significado de la expresión.  Los mismo sucede con el Tu y, siempre que se halle específicamente precisada la persona de que se trate, también acontece lo mismo con él. Ahora bien, el decir Nosotros, es ineludible una mayor información para identificar que egos, se hallan comprendidos en ese Nosotros. Siempre es un solo individuo quien dice Nosotros; aun cuando se trate de varios que se expresen al tiempo, siempre serán diversas manifestaciones individuales.  

Solo en tal sentido el representante de una agrupación social actúa por la comunidad; los miembros individuales o bien dar lugar a que la acción de uno solo les afecte a todos o bien consienten el resultado.
Ahora bien, tratándose de problemas políticos y económicos, el pluralis gloriosus se transforma en el pluralis imperialis y, como tal, desempeña un importante papel en la propagación de doctrinas que influyen en la adopción de medidas de grave trascendencia en la política económica internacional.

Pluralis Imperialis: Literalmente, plural imperial. Por lo tanto, se refiere al uso del plural “nosotros” de una manera tal que el usuario implica una identidad personal falsa, que le relaciona con los poderosos de su tiempo. Ejemplo: Un británico entre 1790 y 1945 dijo: “estamos gobernando la India”.

Pluralis Gloriosus: Literalmente, Plural glorioso. Por lo tanto, se refiere al uso del plural “nosotros” de una manera tal que el usuario implica una identidad personal falsa, que le relaciona con personas famosos o distinguidos.  Ejemplo: un italiano dice: “somos los pintores más grandes del mundo”.

5.       El principio de singuralismo metodológico

     La praxeología parte en sus investigaciones, no solo de la actuación del individuo, sino también de la acción individualizada. No se ocupa vagamente de la acción humana en general, sino de la acción realizada por un hombre determinado, en un fecha determinada y en determinado lugar.

Tanto el universalismo como el colectivismo y el realismo conceptual solo saben manejar conjuntos y conceptos generales.

La praxeología inquiere: ¿Qué sucede al actuar? ¿Qué significación tiene el que un dividuo actué, ya sea aquí o allá, ayer u hoy, en cualquier momento o en cualquier lugar? ¿Qué trascendencia tiene el que elija una cosa y rechace otra?

La elección supone siempre decidir entre varias alternativas que se le ofrecen al individuo.  El hombre nunca opta por la virtud o por vicio, sino que elige entre dos modos de actuar, uno de los cuales nosotros, con arreglo a criterios preestablecidos, calificamos de virtuoso, mientras al otro lo tachamos de vicioso.  La vida humana es una ininterrumpida secuencia de acciones individualizadas.
Cada acción es un eslabón más en una cadena de actuaciones, las cuales, ensambladas, integran una acción de orden superior tendente a un fin más remoto.  El camino que conduce a las grandes realizaciones está formado siempre por tareas parciales.  Lo que cuenta  para la praxeología es el hecho de que el único método adecuado para realizar las grandes obras consiste en empezar por los cimientos y proseguir paso a paso hasta su terminación.

6.      El aspecto individualizado y cambiante de la acción humana


El contenido de la acción humana, es decir los fines a que se aspira y los medios elegidos y utilizados para alcanzarlos, depende de las particulares condiciones de cada uno.  La mayor parte de la vida del hombre es pura rutina.  Practica de determinados actos sin prestarles especial atención. Muchas cosas las realiza porque así fue educado, porque otros proceden del mismo modo o porque tales actuaciones resultan normales en su ambiente.  Adquiere hábitos y reflejos automáticos. Ahora bien, cuando sigue tales conductas es porque sus consecuencias les resultan gratas, pues tan pronto como sospecha que el insistir en las prácticas habituales le impide alcanzar ciertos sobrevalorados fines, rápidamente cambia de proceder. 

viernes, 25 de septiembre de 2015

Primera entrega Capitulo 2 LA ACCION HUMANA. L. V. MISES.

LA ACCIÓN HUMANA
Ludwing Von Mises
PRIMERA PARTE
LA ACCIÓN HUMANA


Capitulo 2. PROBLEMAS EPISTEMOLOGICOS DE LAS CIENCIAS DE LA ACCIÓN HUMANA.


1.      Praxeología e historia

Las ciencias de la acción humana se dividen en dos ramas principales: la de la praxeología y la historia.  La historia recoge y ordena sistemáticamente todos los datos de experiencia concernientes a la acción humana. Analiza las motivaciones que impulsaron a los hombres a actuar y las consecuencias provocadas por tal proceder.   El objeto de estudio de todas las ciencias históricas es el pasado. El conocimiento de ellas hace del hombre sabio y prudente.

Todo conocimiento experimental se refiere a hechos anteriormente observados; no existe experiencia de acontecimientos futuros. La experiencia de que tratan las ciencias de la acción humana es siempre experiencia de fenómenos complejos.

La ilustración proporcionada por la historia no sirve para formular teorías ni para predecir el futuro.  Toda realidad histórica puede ser objeto de interpretaciones varias y, de hecho, ha sido siempre interpretada de los modos más diversos.

La historia no puede ni probar ni refutar ninguna afirmación de valor general como lo hacen las ciencias naturales, las cuales aceptan a rechazan las hipótesis según coincidan o no con la experimentación.
Cuando se trata de explicar algo, la mente humana no duda en inventar ad hoc, las más imaginarias teorías carentes de toda justificación lógica.

La praxeología no es una ciencia histórica, sino teórica y sistemática. Su objeto es la acción humana como tal, con independencia de todas las circunstancias ambientales, accidentales e individuales de los actos concretos.

2.      El carácter formal y apriorístico de la praxeología.

     Por lo que a la praxeología atañe, los errores de los filósofos se deben a su total desconocimiento de la ciencia económica e incluso, a veces, a su inaudita ignorancia de la historia. Para el filósofo, el estudio de los problemas filosóficos constituye una noble y sublime vocación situada muy por encima de aquellas otras ocupaciones mediante las cuales el hombre persigue el lucro y el provecho propio.

El hombre desciende de antepasados de condición no-humana, los cuales carecían de esa capacidad intelectiva. De ello deducen los empiristas que el raciocino se basa en la experimentación y es consecuencia de la adaptación del hombre a las condiciones de su medio ambiente.

EMPIRISMO:  1. Doctrina psicológica y epistemológica que, frente al racionalismo, afirma que cualquier tipo de conocimiento procede únicamente de la experiencia ya sea experiencia interna (reflexión) o externa (sensación), y que esta es su única base. “el empirismo parte de la base de que solamente es posible conocer con absoluta certeza la realidad mediante la observación sistemática”. 2. Método o procedimiento que está basado en la experiencia y en la observación de los hechos.

Esos endebles mecanismos lógicos progresaron poco a poco, pasando de la etapa pre lógica a la de la verdadera lógica.  La razón, la inteligencia y la lógica son, por tanto, fenómenos históricos. No hay razón alguna para suponer que nuestra lógica sea la fase última y definitiva de la evolución intelectual.

Pero el problema del conocimiento a priori es distinto.  No se trata ahora de determinar cómo apareció el raciocinio y la conciencia.  El tema que no ocupa se refiere al carácter constitutivo y obligado de la estructura  de la mente humana.

Interesante es apreciar que durante los estados de inconsciencia nada hay que pueda recordarse. Solo los estados conscientes pueden ser recordados.  La mente humana no es una tabula rasa sobre la que los hechos externos graban su propia historia.  Al contrario goza de medios propios para aprehender la realidad.

TABULA RASA: La tabla rasa, (en latín tabula rasa) es decir una tablilla sin inscribir y que se aplica a algo que está exento de cuestiones o asuntos anteriores. También se utiliza la expresión “hacer tabula rasa” para expresar la acción de no tener en cuenta hechos pasados, similar a la expresión más moderna de “hacer borrón y cuenta nueva”.     En la filosofía la tabla rasa hace referencia a la tesis epistemológica de que cada individuo nace con la mente “vacía”, es decir, sin cualidades innatas, de modo que todos los conocimientos y habilidades de cada ser humano son exclusivamente fruto del aprendizaje, a través de sus experiencias y sus percepciones sensoriales.  La corriente filosófica que se deriva de este dogma es el empirismo, corriente que también proclama la creencia de que la experiencia es el primer constituyente de cualquier conocimiento que se produzca en el ser humano.   La tabla rasa fue popularizado por el filósofo inglés John Locke y suele enlazarse con otros dos mitos en el debate intelectual moderno, el de “el buen salvaje” y el de “el fantasma en la maquina”, pero en realidad tiene su origen en Santo Tomas de Aquino.  También es una expresión típica de Aristóteles.  En  urbanismo, también se emplea la expresión hacer tabula rasa, en referencia a demoler o derribar todas las edificaciones preexistentes en un lugar, para desarrollar un barrio completamente nuevo.

El conocimiento humano viene condicionado por la estructura de nuestra mente. Si, como objeto principal de investigación, se elige la acción humana, ello equivale a contraer, por fuerza, el estudio a las categorías de acción conformes con la mente humana, aquellas que implican la proyección de esta sobre el mundo externo de la evolución y el cambio.

La supuesta heterogeneidad lógica del hombre primitivo

     El contenido de los pensamientos del hombre primitivo difiere del de los nuestros, pero la estructura formal y lógica es común a ambos. Lévy-Bruhl, en efecto, afirma que, entre la gentes civilizadas, también se dan ideas y relaciones ideológicas reguladas por la ley de la participación, las cuales, son mayor o menor independencia, con más o menos fuerza, coexisten inseparablemente con aquellas otras regidas por la ley de la razón, “Lo pre lógico y lo mítico conviven con lo lógico”.  

La mente primitiva, como la nuestra, desea descubrir las causas de los acontecimientos.   El campesino deseoso de incrementar su cosecha tal vez recurra a soluciones distintas, según la filosofía que le anime.  Puede ser que se dé a ritos mágicos, o también es posible que proceda a utilizar más y mejor fertilizante. Ahora bien, sea cual fuere la solución preferida, siempre nos hallaremos ante una actuación racional consistente en emplear ciertos medios para alcanzar determinados fines.

3.      Lo apriorístico y la realidad

     El racionamiento apriorístico es estrictamente conceptual y deductivo.  En el concepto de dinero están implícitos todos los teoremas de la teoría monetaria. Nadie, sin embargo, negara la importancia cognoscitiva de la teoría cuantitativa del dinero.  Esta permanecerá, desconocida si no se descubre mediante el razonamiento económico, Una larga lista de fracasos en el intento de resolver los problemas planteados demuestra que no fue tarea fácil alcanzar el actual nivel de conocimiento en la materia.

Sin contar con la teoría, es decir, con la ciencia general apriorística de la acción humana, es imposible comprender la realidad de la acción humana.   La relación entre razón y experiencia ha constituido, desde antiguo, uno de los fundamentales problemas de la filosofía.

Ahora bien, las ciencias de la acción humana difieren radicalmente de las ciencias naturales. Quienes pretenden construir un sistema epistemológico de la acción humana, según el modelo de las ciencias naturales yerran lamentablemente.

Los teoremas que el recto razonamiento praxeológico llega a formular no solo son absolutamente ciertos e irrefutables, al modo de los teoremas matemáticos, sino que también reflejan la intima realidad de la acción, con el rigor de su apodíctica certeza e irrefutabilidad, tal como esta, efectivamente, se produce en el mundo y en la historia. La praxeología proporciona conocimiento preciso y verdadero de la realidad.

La praxeología reflexiona sobre temas de acción, si nuestra mente no dispusiera de los esquemas lógicos que el razonamiento praxeológico formula, jamás podríamos distinguir ni apreciar la acción.  Sin auxilio de la percepción praxeología nada sabríamos acerca de los medios de intercambio.


Debemos de comprender que la acción humana es apriorística, y siempre lo ha sido.   La historia no sería más que un conjunto de acaecimientos sin ilación, un mundo de confusión, si no fuera posible aclarar, ordenar e interpretar los datos disponibles mediante el sistematizado conocimiento praxeológico. 

DERECHOS SOCIALES Y DERECHOS INDIVIDUALES




DERECHOS SOCIALES: 

Son los que garantizan universalmente, es decir, a todos los ciudadanos por el hecho de serlo, y no como mera caridad o política asistencial, el acceso a los medios necesarios para tener unas condiciones de vida dignas. 

Los derechos sociales son los que humanizan a los individuos, sus relaciones y el entorno en el que se desarrollan.  Son garantías de la igualdad y la libertad reales, pues la libertad no es posible si es imposible ejercerla por las condiciones materiales de existencia.

DERECHOS INDIVIDUALES:

Es un concepto perteneciente al Derecho Constitucional, nacido de la concepción liberal que surgió de la Ilustración, que hace referencia a aquellos derechos de los que gozan los individuos como particulares y que no pueden ser restringidos por los gobernantes, siendo por tanto inalienables e imprescriptibles.

Los derechos individuales son el conjunto de condiciones que el Estado ha de asegurar a los ciudadanos y ciudadanas de un país, con la finalidad de que vivan bien y estos se puedan desarrollar integralmente.
Cuando un Estado se compromete a cumplir y hace cumplir los derechos humanos reconoce que está obligado a respetarlos, a protegerlos y garantizarlo.

El Estado de Guatemala reconoce los derechos humanos de su población y se compromete a hacer que estos derechos se cumplan para todos y todas sin importar su género, grupo étnico, edad, religión ni sus ideas políticas.

Existen varios tipos de derechos unos se proponen a asegurar las condiciones materiales de bienestar de las personas dentro de la sociedad, para que puedan satisfacer sus necesidades básicas; otros se preocupan por asegurar la participación del Estado como miembro de un grupo y como seres humanos dignos y valiosos.

Los derechos individuales del hombre son garantías constitucionales que se conceden a favor de todos los habitantes del Estado. Estas garantías deben cumplirse y respetarse y no se puede privar al individuo de las mismas, salvo en casos excepcionales y con arreglo a ley expresa.

Dentro de las garantías individuales encontramos una serie de derechos entre los que cabe mencionar la libertad del individuo y libertad de practicar libremente cualquier religión o culto.

Dichas libertades son fundamentales para el desarrollo de cada ser humano como persona y deben respetarse; tanto, que son garantías constitucionales y también en el Código Penal se encuentran normas que tipifican los delitos que van en contra de estos derechos de libertad.

DERECHOS INDIVIDUALES:

Es el conjunto de aquellos que gozan los individuos como particulares y que no pueden ser restringidos por los gobernantes.

Como medio de garantizarlos a partir de la Revolución Francesa se consagran en las Cartas Fundamentales de todos lo países civilizados.

Son derechos individuales el derecho a la vida, a la libertad, a la igualdad ante la ley, al trabajo, a la libertad de pensamiento, de expresión, de reunión, de asociación, de circulación, de defensa en juicio y otros.

El concepto de los derechos individuales es un prodigio del pensamiento político que muy pocos hombres han asimilado y en algunos países mas de dos siglos no han sido suficientes para entenderlos.  A este concepto le debemos nuestras vidas, hace posible que llevemos a la realidad todo lo que tiene valor, lo que cualquiera de nosotros haya obtenido o que hayamos logrado.

EL DERECHO DEL HOMBRE A SU PROPIA VIDA ES LA FUENTE DE TODOS LOS DERECHOS
    
Solo existe un derecho fundamental y los demás son consecuencias o corolarios: el derecho del hombre a su propia vida.

La vida es un proceso de auto sostenimiento y generación de acción, lo que significa: libertad para tomar todas las acciones requeridas por la naturaleza de un ser racional para el soporte, avance, actualización y goce de su propia vida.

La libertad de acción implica ausencia de coacción física, coerción o interferencia de otros hombres. La libertad es el requerimiento fundamental de la mente del hombre.

La Constitución Política de la República de Guatemala reconoce los siguientes Derechos Individuales>
Derecho a la vida, derecho a la seguridad, derecho a la libertad y derecho a la igualdad.

Buscar en su constitución, los fundamentos legales de los anteriores derechos.

     La única obligación que implican los derechos individuales, impuesta no por el estado, sino por la naturaleza de la realidad, es el respeto a los derechos de otros, si uno quiere que los derechos propios sean reconocidos y protegidos.

DERECHO A LA VIDA:

El derecho a la vida es el que tienen cualquier ser humano por el simple hecho de existir y estar vivo,  se considera un derecho fundamental de la personas. La vida tiene varios factores: la vida humana en sus formas corporales y psíquicas, la vida social de las personas por medio de la cual estos realizan obras en común y la vida de la naturaleza que relaciona a los seres humanos con las demás especies vivientes.

Entonces cuando este derecho es regulado son tomados en cuenta estas tres facetas de la vida que están divididas pero0 se toman como un todo al momento de ser reguladas, es decir, el correcto cumplimiento de estos tres putos dentro de lo que representan el respeto por este derecho hacen que el ser humano no solo sobreviva.

DERECHO A LA LIBERTAD:
La libertad de expresión es un derecho fundamental o de derecho humano, señalado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y las constitucionales de los sistemas democráticos, también lo señalan.  De ella deriva la libertad de imprenta también llamada libertad de prensa.

El derecho a la libertad de expresión es definido como un medio para la libre difusión de las ideas y así fue concebido durante la ilustración.

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

SEGURIDAD:

     Toda persona tiene derecho a la seguridad.  La seguridad como derecho está en el mismo grupo de los fundamentos democráticos que la libertad o que la vida.

La seguridad de las mujeres maltratadas necesita ser reconocida como derecho efectivo previo a la tutela penal precisamente porque el ejercicio de ese derecho no está siendo efectivo, porque partimos de un plano de desigualdad previa, inherente a la violencia de género, que convierte a la seguridad de las mujeres en un derecho minusvalidito cuando no inexistente. Si hemos avanzado jurídicamente hacia la igualdad efectiva como conjunto de derechos positivos, idéntico camino había que programas para la seguridad.

DERECHO A LA IGUALDAD:

     La igualdad es un derecho constitucional para el que no ha existido apuro en canalizarla a través de una ley orgánica, porque hemos entendido que un precepto fundamental tiene un flanco débil en su expresión real.  Ocurre lo mismo con la seguridad como derecho efectivo para las mujeres maltratadas.  Ahora que ya hemos visibilizado el problema conceptual, tenemos que pensar en su articulación práctica y jurídica.


TODOS LOS DERECHOS SON DE SUMA IMPORTANIA PARA TODAS LAS PERSONAS Y EL ESTADO DEBE DE HACERLOS VALER Y  DEBEN VELAR POR SU CUMPLIMIENTO.