CAPITULO IX
LA COACCIÓN Y EL ESTADO
Muchas veces se cree que estas fuerzas
obscuras creadas por el estado han dejado ya de existir, pero hoy vemos como un
ente supra nacional, en Guatemala, está promoviendo la creación de leyes
dirigidas a ejercer coacción sobre los individuos, obligándolos a realizar
posibles acciones que de otra forma no realizarían.
Podemos
observar que se cumple la premisa de nuestro autor al manifestar que toda
coacción está encaminada a servir los intereses de otros, en este caso, se
servirán los intereses de poder “investigar” a todos aquellos que están
alejados de la ley, a decir de comisionado de CICIG.
La
función ordenadora del gobierno en si no es mala, lo que está mal es utilizar
el poder de la coacción para lograr lo que desean de los individuos, so pena,
sancionarlos si no cumplen con lo ordenado por el Estado, ya que ellos, tienen
una labor muy dura en el fortalecimiento de la paz en un país como Guatemala.
Es por
ello que podemos ver como el Estado posee todo el monopolio de la coacción en
contra de los ciudadanos, tiene el poder legal de obligarlos a realizar
actividades a favor de los fines que ellos pretenden realizar, siempre bajo el
argumento falaz de defender los intereses de los más necesitados en el país,
pero ese falso argumento no solamente es de los políticos en Guatemala, es de
la mayoría de malos políticos en el mundo entero, aprovechando el poder que
tienen.
Hoy vemos
como en Guatemala, bajo el pretexto de atacar a los defraudadores y evasores de
impuestos, se pretende violentar la máxima propiedad privada que posee el
individuo, ósea la privacidad, presentando argumentos carentes de fundamentos
lógicos, que sean coherentes y especialmente que garanticen la igualdad entre
los individuos, si reconocemos la propiedad privada comprenderemos que por ella
no podemos ser víctimas de coacción directamente.
Toda
sociedad debe de fundamentarse en el principio de protección a la propiedad
privada, es el fundamento del progreso, la garantía a este principio, que no
solo es la libertad sino de todo ser humano.
Si
tenemos una estructura de normas generales, universales, abstractas e
impersonales, tendremos la posibilidad de garantizar de mejor forma la igualdad
en la sociedad, al mismo tiempo que esa estructura de normas, crea un ámbito de
estabilidad, ya que las personas no se sentirán atacadas por el sistema que se
estructuran en base a la coacción de los individuos.
El
Estado, a través de los entes de gobierno siempre tenderán a justificar su
actividad coercitiva, y generalmente lo hacen bajo la idea de buscan garantizar
beneficios para los más desfavorecidos, y para este objetivo obviamente necesitan
recursos, recursos que obtienen de los pagadores de impuestos y para este fin,
necesitan crear leyes que de forma coercitiva obliguen a pagar más impuestos,
rompiendo las fundamentales esferas de igualdad y protección a la propiedad
privada.
La
parte curiosa de este tema, es que así como el gobierno ejerce coacción, somos víctimas
de la coacción por parte de la sociedad, (entendiendo por sociedad solamente a
algunas personas), la situación es que vemos una moralidad curiosa, cuando las
personas quieren obligarnos a pagar más impuestos, por motivos de necesidad y
caridad. La pregunta del millón, en
cuantos impuestos pararan ellos, para procurar las causas que los mantienen tan
atribulados.
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